Fomentan espacios libres de violencia en primaria Mauricio Pino Orozco

La Coordinación Municipal de Derechos Humanos de Los Cabos ha impulsado una jornada informativa en la Escuela Primaria Mauricio Pino Orozco con el propósito de fortalecer la conciencia colectiva sobre la necesidad de romper con patrones culturales que mantienen la desigualdad y fomentar entornos libres de violencia. Esta iniciativa busca crear espacios de respeto e igualdad desde el ámbito educativo.
La actividad se desarrolló en conjunto con madres, padres y personas responsables de crianza, como parte del programa educativo “Rompiendo el Silencio hacia una Sociedad sin Violencia de Género”, promovido por la institución escolar. Este esfuerzo conjunto busca fomentar entornos de respeto, igualdad y libres de violencia.
Durante este primer acercamiento, se ofreció la plática “Roles y estereotipos generadores de violencia”, impartida por Karla Armenta. La sesión tuvo como objetivo abrir un espacio de reflexión sobre cómo los roles de género tradicionales influyen en la normalización de distintas formas de violencia.
A través del diálogo con las familias, se analizaron los efectos del machismo en la vida diaria. Se señaló que el machismo limita el desarrollo personal, afecta decisiones importantes como el matrimonio o la maternidad, y dificulta que tanto hombres como mujeres puedan desarrollarse plenamente en el ámbito profesional.
Esta intervención marca el inicio de una agenda de colaboración entre la Coordinación Municipal de Derechos Humanos y la comunidad escolar. La intención es impulsar un cambio significativo desde el entorno educativo y familiar.
El propósito central de estas acciones es fortalecer la conciencia colectiva sobre la necesidad de romper con patrones culturales que mantienen la desigualdad. La erradicación de la violencia requiere un cambio profundo en la sociedad.
La coordinación reconoció la disposición de la escuela para abrir estos espacios, los cuales promueven la participación activa de madres, padres y cuidadores en la formación de niñas y niños. La involucración de la comunidad es clave para el éxito de estos programas contra la violencia.