La desigualdad social; otro problema que destapó el coronavirus: ONU

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(Notimex).- La pandemia del coronavirus dejó al descubierto las deficiencias en el acceso a la atención sanitaria, en los derechos laborales y la protección social, entre otros, de acuerdo con Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados, el impacto de las desigualdades en todas las sociedades se volvió muy evidente, además afectó a miles de personas en el mundo y de acuerdo con Bachelet, el panorama en un futuro se ve aún más desalentador.

Durante una reunión extraoficial del Consejo de Derechos Humanos, donde analizó el impacto del coronavirus en diferentes países, Bachelet destacó que debido al panorama actual, los países deben adoptar medidas económicas y sociales que sirvan para mitigar las posibles consecuencias de la epidemia y con ello disminuir el aumento de las desigualdades.

Entre esas medidas destacan la protección de los derechos de los trabajadores para reducir al mínimo el número de personas que pierdan su empleo, la creación de nuevos instrumentos financieros para financiar la solidaridad mundial, proteger los derechos civiles y políticos durante la crisis, entre otros.

Agregó que la gente debe estar totalmente informada sobre las medidas de emergencia y la autoridad correspondiente deberá decir cuánto tiempo permanecerán en vigor, para que las medidas se apliquen de manera justa y humana.

Otro problema social que debe atenderse, de acuerdo con la Alta Comisionada, es la desinformación que surge en los medios de comunicación, además de la libertad de expresión. Reportó que han sancionado a periodistas por informar sobre la falta deficiencia de los sistemas de salud de sus países y destacó que la crítica no es un delito.

Dijo que la única forma eficaz de luchar contra la epidemia es con una serie de actuaciones de relevancia inmediata para elaborar políticas efectivas y humanas, como la respuesta inmediata a la epidemia y la preparación de la recuperación.

La respuesta inmediata debe tratar de mitigar los efectos de la epidemia en las mujeres y en los grupos vulnerables, como las personas que se encuentran en instituciones psiquiátricas, orfanatos, pueblos indígenas, migrantes, refugiados, desplazados internos, personas en zonas de conflicto, personas con alguna discapacidad, adultos mayores, entre otros.

Por último, recomendó a los Gobiernos fomentar la participación de las instituciones nacionales de derechos humanos, activistas y defensores de derechos humanos durante las crisis; levantar sanciones que causen repercusiones negativas a la atención sanitaria y proteger al medio ambiente.

 

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