Los iguales seguirán siendo siempre iguales

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Emilio Lozoya en restaurante

PARA EL FIN

El exdirector de PEMEX fue denunciado en el sexenio anterior.

Como era de esperarse, huyó de la justicia mexicana y se refugió en otro país.

El 12 de febrero de 2020, ya en este sexenio, lo detuvieron en España.

El 17 de julio de ese mismo año, lo trajeron a México, para enjuiciarlo aquí.

Nos dijeron por todos los medios y en todos los rincones, que él era el ícono, el prototipo, el vivo ejemplo del mal mayor de México: la corrupción.

Nos aseguraron que el proceso iba a ser un ejemplo mundial.

Sin embargo, desde que llegó a nuestro país, nunca ha pisado la cárcel.

El sábado 9 de octubre de 2021, hace unos días, reapareció, tan campante, en un lujoso restaurante.

Se le vio contento, confiado y seguro. Poderoso. Con todos los privilegios. Casi como un ídolo. Como si fuera el santo de los acusados confesos.

Una imagen dice más que mil palabras.

Las palabras conquistan temporalmente; pero los hechos nos pueden perder para siempre.

Construir confianza lleva muchos años; destruirla, se hace en un instante.

Los iguales seguirán siendo siempre iguales.

¿No cree usted?

Lo dejamos para el fin.

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