PROVERBIO 21:23

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Tecla 7/6

Los secretos tienen depredadores

Juan Ruiz de Alarcón (1572-1639), ya describía en su obra literaria que “las paredes oyen”. 

Hay la referencia que dos siglos antes, con el Arcipreste de Talavera (1438, Martínez de Toledo) daba cuenta del cuidar la lengua. De hecho, en La Biblia (Salomón, proverbio 21:23), se advierte: 

“el que guarda su boca y su lengua. Su alma guarda de angustias”.

Decenas de centurias y más decenas de centurias después, lo dicho por hijo del Rey David sigue sin tener el manto de la prudencia. Se trata de un mundo diferente, pero con historias y experiencias de siempre.

En política, no sólo quien habla tiene que mirar su cola. No habrá rincón oscuro desde donde no se le vea…o se le grabe.

Viene el proceso electoral del 2021. Y ya se anticipan tiempos de revelaciones.

De hecho el 2020 ha traído al 2015 a Baja California Sur. El tiempo político ido que asoma de nuevo con la Operación Safiro (sí con “s”), tras la detención de César Duarte (ex gobernador de Chihuahua) y los presuntos manejos de cartera del erario público para favorecer campañas del PRI en aquel año electoral.

Tras los comicios de hace cinco años, el PRI fue señalado de haber sobrepasado por 2.9 millones de pesos el tope electoral. Y en efecto, por Cabo San Lucas se había dejado ver con activismo a César Duarte —y otros más que llegaron, bajo un proselitismo priista coordinado por el ex gobernador veracruzano Fidel Herrera Beltrán—.

Con todo y la maquinaria echada andar por los estragos dejados meses antes por el huracán “Odile” —septiembre, 2014—, finalmente, no sería suficiente para el PRI ganar la gubernatura ni la alcaldía de Los Cabos; el PAN se llevaría ambos gobiernos (estatal y municipal, respectivamente).

Aún queda por saber el distanciamiento de Leonel Cota, cuando aquella concentración PT-PRD en El Tule. Están por abrirse, otra vez, los tiempos políticos. Sí que aquél 2015 sería el cierre de una etapa de tres lustros de poder político del agundismo en Los Cabos.

Narciso Agúndez perdería en las urnas con Arturo de la Rosa (PAN); y tres años después, Leonel Cota (en el 2018) recobraría su presencia municipal al ganar los comicios con Armida Castro (en Los Cabos) y Rubén Muñoz (en La Paz). Narciso quedaría al margen con Ernesto Ibarra. Leonel les ganaría la partida. La candidatura por Los Cabos los había vuelto a distanciar.

Hoy, desde aquel 2015, Narciso Agúndez debe de saber que hay que cuidarse del teléfono. Y lo mismo, al lado del otro gran charco de México, en Tabasco, el gobernador tabasqueño, Adán Augusto López (Morena) debe de saber que no sólo hay que cuidarse del teléfono, sino también de quien tiene enfrente cámara en mano. Lo agarraron diciendo “se lo dije al presidente: ya no puedo con Gatell”.

El fin de semana reciente, en un rancho de Migriño (Cabo San Lucas) se habría dado la concentración de 30 asistentes. A la entrada se habrían solicitado los celulares. 

Pero, el actor central, habría expresado sin titubeos “me vale madres si alguien está grabando”. 

No era un acto público, sin embargo sí actores públicos. Hoy, el Ayuntamiento que preside Armida Castro podría deslindarse o no, de haberse llevado un evento público en Migriño.

No estaban para rezar, pero cuando menos sí para saber del proverbio de Salomón. La llegada de personal de Cofepris habría terminado con el encuentro por estar sin cubrebocas, sin la sana distancia, sin el quédate en casa y esas cosas.

Debería de abrir Cofepris el acta respectiva. El silencio puede ser madre de la distorsión.

Pesa el Proverbio 21:23

Ocho meses antes, el 10 de noviembre, Óscar Leggs —y a quien no conocemos por nuestros rumbos, lo que hoy sería ocioso por los tiempos de la grilla ya impuestos, y no por un sentido común—, había festejado el haber llegado a la Delegación Municipal, teniendo entre los invitados principales a Narciso Agúndez. Un, si te vi Leonel de ti no me acuerdo. 

Años antes, en el 2006, cuando Narciso Agúndez reconocería, como Gobernador, en un evento en el Norte del país, la investidura presidencial de Felipe Calderón, provocó el llamado de López Obrador al propio Leonel, entonces dirigente nacional del PRD. 

Debieron de haber sido los momentos más críticos de Leonel, más que aquella fractura con Antonio Manríquez (un notable político sudcaliforniano), cuando la gubernatura por Baja California Sur, en 1999. 

La cuestión quedó en el aire: ¿quiénes acompañaban en aquella ocasión a Narciso? El sexenio agundista era nuevo. Le restaban cinco años de gobernador, hubiera sido y lo sabía, Narciso, un lustro muy intenso y desgastante con Calderón. 

Y sus efectos posibles en contra de Baja California Sur. La huella depredadora del calderonismo se extendería con las redes de la muerte en el Golfo de California.

En el 2011 sin embargo —de la fractura con el leonelismo—, el agundismo tendría su primera y gran crisis política, con el rompimiento con Marcos Covarrubias. Ni la maniobra política con el PRI y el sacrificio del movimiento de pieza de Luis Armando Díaz (PRD), evitaría la llegada del PAN al poder estatal, lo que el 2015 reafirmaría con Carlos Mendoza.

Viene el 2021. Unos se frotan las manos por el morbo político del caso Lozoya. A los pillos no les alcanza la justicia. Al final de cuentas revelaciones. Las grabaciones. Proverbio 21:23.

El poder, y la aspiración al poder, suele tener caminos empedrados. Trampas. Realidades que se ocultan o que pretenden ocultarse. Voces a los lados que no son desnudadas por incondicionales que, lamentablemente, terminan en coros.

Cuestión de cuestiones

Hay soledades que siempre tienden a cargarse. De este lado de la calle hemos sido testigos. Hasta acá han llegado los maldecires.

La política tan transparente que no tiene lealtad al rincón de la oscuridad

El viento lleva palabras. Siempre lleva palabras y hasta imágenes. Aprendes a escuchar al viento, y ¡cuidado! Te fundamenta. Siempre habrá tiempo y espacio para el viento. Cuestión del momento, cuestión de la oportunidad y de la coyuntura. Proverbio 21:23, del hijo de David.

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