Renuncian todos los integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH

Acusan a la presidenta de recurrir a amenazas y calumnias, tanto en el ámbito laboral como en el personal, e incluso en las redes sociales
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Reunión del Consejo Consultivo de la CNDH

Los seis miembros del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentaron su renuncia en una carta dirigida a la presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Ana Lilia Rivera.

La ley establece que la CNDH debe contar con un Consejo Consultivo, que tendrá el propósito de servir como un órgano asesor para mejorar el desempeño del organismo en la defensa y protección de los derechos humanos.

Sin embargo, los miembros argumentan que la institución parece estar sirviendo a “intereses diversos” a los de los derechos humanos, lo que les ha llevado a renunciar de manera unánime.

¿Qué dice la carta de renuncia del Consejo Consultivo?

La carta de renuncia, anunciada el 23 de octubre, indica que los miembros del Consejo Consultivo han sido desestimados repetidamente por la presidenta de la CNDH, María del Rosario Piedra Ibarra, incluso cuando han emitido consejos y recomendaciones por unanimidad en favor de los derechos humanos.

Asimismo, acusan a Piedra Ibarra de obstruir su trabajo y generar desacuerdos en asuntos que van desde interpretaciones de procedimientos internos hasta la omisión de emitir recomendaciones generales que incluyan las observaciones del Consejo.

Cabe resaltar que estos miembros del Consejo Consultivo no reciben compensación económica por su trabajo y cubren todos los gastos relacionados con sus responsabilidades.

La carta de renuncia lleva las firmas de Tania Espinosa Sánchez, Adalberto Méndez López, Bernardo Romero Vázquez, Jorge Alejandro Saavedra López, Ángel Trinidad Zaldívar y Georgina Diédhiou Bello, todos ellos elegidos por el Senado en 2021.

Este no es el primer episodio de crisis en la CNDH, pues en noviembre de 2019, la mitad de los miembros del Consejo Consultivo renunciaron en protesta por la elección de María del Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la CNDH, argumentando que la cuestionada elección restaba legitimidad a la institución y ponía en riesgo su autonomía de gestión.