La sociedad civil, el gran sector que unifica y construye

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Columna Convicciones de Jorge Villanueva

* Un pueblo desinformado con pésimos estándares de educación, está destinado a la pobreza extrema, donde la dádiva gubernamental los convierte en electores cautivos de un sistema paternalista que no admite la pluralidad necesaria en un sistema democrático.

Lo menos que podemos decir de los tiempos actuales es que nuestro país vive tiempos difíciles, que los partidos políticos en términos generales han dejado mucho que desear a la población. Que el partido actualmente en el poder ha dejado de ser la esperanza de México, para convertirse en el promotor del divisionismo más recalcitrante en nuestra sociedad.

Para el Ejecutivo nacional y sus seguidores solo hay dos clases de población; el pueblo bueno y sabio y, el pueblo apátrida y contrario a la forma de pensar de la cuarta transformación.

Y en esta forma simplista y trasnochada nos llevan a la sociedad en general a perder oportunidades de desarrollo y avance, aspectos tan necesarios que como país tenemos que enfrentar en este siglo XXI.

La OCDE es una organización internacional cuya misión es diseñar mejores políticas para una vida mejor, está conformada por 34 países y, México es parte importante de esta agrupación. Cifras de este organismo avalan y certifican que el 85 por ciento del crecimiento económico de un país surge de la innovación.

Existe numeralia en el Índice Global de Innovación 2022, de que México es uno de los tres países más innovadores en América latina. Sin embargo, a nivel global y dentro de las 132 economías más importantes ocupamos el puesto 58. De tal forma que nos queda un largo camino para acercarnos a sólidas economías como las asiáticas o a Suecia, Suiza o los Estados Unidos.

Definitivamente no existe alternativa, sólo los países que han apostado a la educación de su población han dado el gran salto y, de países rurales o devastados por agentes externos como guerras, han dejado el subdesarrollo y se han convertido en verdaderas economías pujantes en la economía mundial.

Pero en la antesala del éxito de un país está la gran unidad de su población con un objetivo claro y definido; crecimiento y desarrollo para todo el país, donde nos alejemos de la pobreza de más de 50 millones de mexicanos, la desigualdad lacerante, la inseguridad, la impunidad, etc.

No podremos dar ese gran salto mientras no logremos la gran reconciliación nacional, es por eso que la sociedad civil comienza a tomar un papel protagónico en la vida nacional y, se levanta a defender las instituciones garantes de la democracia.
Pero también eleva la voz firme y categórica de que “somos un solo México”, contraviniendo la retórica que a diario emerge de Palacio Nacional de que somos un pueblo bueno y sabio y, un pueblo malo.

Un pueblo desinformado con pésimos estándares de educación, es una población destinada a estar en la pobreza extrema, donde la dádiva gubernamental los convierte en electores cautivos de un sistema paternalista, de un sistema que no admite la pluralidad tan necesaria en un sistema democrático.

Como pueblo, en México tenemos los recursos naturales para ser un gran país, tenemos talento disponible con una población de más de 32 millones de jóvenes. Pero este talento incipiente hay que formarlo, hay que inspirarlo a que estudien carreras relacionadas con ingenierías, matemáticas, tecnología y ciencias.

El punto de partida para esta formación y para esta inspiración es un proyecto común de país, donde todos nos veamos como iguales; como mexicanos dignos de sacar adelante la gran empresa de llevar a México al pleno desarrollo.

Nuestro México no puede seguir siendo dividido, ni puede continuar en esta confrontación permanente en donde al final no se solucionan el número de pobres, ni los índices de criminalidad e inseguridad.

Como sociedad civil debemos de ser el gran sector que unifica y construye y, que con rumbo claro y definido como país marchemos hacia el camino de la igualdad de oportunidades, del crecimiento y desarrollo armónico para todos. México somos todos y cada uno de los habitantes de esta maravillosa tierra.

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