Las tasas de interés y las finanzas públicas

¿Qué hará el gobierno de México para hacer frente a la inflación, a las altas tasas de interés y al déficit del gasto público?
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Fernando Castro, presidente de la AEBBA

Las finanzas públicas son un fenómeno complejo que torna alrededor de un presupuesto que, en el caso mexicano se fundamentan alrededor de la ley de egresos que aprueba el congreso un año antes, y donde se estipulan las metas para las variables más relevantes de la economía mexicana como el tipo de cambio, la recaudación, la tasa de crecimiento, etc. Este último año las presiones inflacionarias provocaron que las tasas de interés aumentarán, lo que trajo una desaceleración económica.

Además, en el caso del gobierno de México se vio obligado a actuar de manera adicional con un plan contra la inflación que en un momento pudo pasar el 14%. La medida emergente fue la exención del IEPS a las gasolinas y así evitar que alcanzaran los 35 pesos por litro. La inflación se contuvo, pero en la economía nada es gratis, esta medida trajo consigo un faltante para la recaudación de casi 100 mil millones de pesos.

A esto hay que agregar que se esperaba que la economía mexicana creciera el 3% y apenas parece que creció 1.1% ¿Qué pasará en 2023? La presión inflacionaria no se va a ir, al contrario, es probable que más empresas decidan postergar sus proyectos de inversión y que tampoco se aumente la producción, en esencia que estemos en una recesión y que se recaude todavía menos a través del ISR y el IVA.

En los últimos 20 años el gobierno ha hecho un esfuerzo impresionante para mejorar la recaudación que en 2008 era apenas superior al 8% del PIB, lejos de la media de la OCDE que está en 34% y todavía más de los líderes escandinavos que casi recolectan el 47% del PIB.

Las finanzas públicas no pueden basarse en planes tan irrealistas con tasas de crecimiento que la mayoría de los expertos no creen que sean alcanzables. Hace falta una reforma que permita al estado acceder a mayores recursos si plantea continuar con sus niveles de inversión. La alternativa todavía menos viable sería que el gobierno se replantee la aplicación de su presupuesto en los proyectos emblema como el Tren Maya, las obras complementarias del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México o de la refinería de Dos Bocas.

El Tren Maya tiene asignados para 2023 poco más de 143 mil millones de pesos y la refinería, aunque sólo tiene 43 mil millones, ya ocurrió en 2022 que terminó recibiendo el triple de presupuesto.

La hacienda pública no ha llevado a cabo reformas que realmente fortalezcan sus ingresos tributarios y le permitan consolidar la recaudación. Al mismo tiempo el gasto público ha ido acumulando un déficit que, aunque se esconda, pues tiene que salir a fondearse y les pone más presión a las tasas de interés. El estado ya ha agotado la casa de los fideicomisos que en diciembre de 2019 había 338 fideicomisos con 740 mil 527 millones, para diciembre de 2022 quedan 207 con poco más de 486.1 millones de pesos.

Para este año las altas tasas de interés que son hasta cierto punto provocadas por eventos en el extranjero como la guerra en Rusia, y pronto por la campaña presidencial de los Estados Unidos. Ahora lo que resta ver es qué hará el gobierno de México para hacer frente a la inflación, a las altas tasas de interés y al déficit del gasto público.

La solución más comprensiva y menos dolorosa sería una mezcla de reducir el gasto público sobre todo en los grandes proyectos, esto podría llevar a reducir la presión inflacionaria. A su vez menos inflación permitiría bajar las tasas de interés y estimular la economía. Más actividad económica significaría mayor recolección de ISR y de IVA sin necesidad de llevar a cabo una reforma fiscal o de imponer nuevos impuestos. A un año de las elecciones no se ve muy probable que se reduzca o que se controle el gasto público.

Es poco probable que el mundo se ordene y pacifique en los próximos meses, entonces el consumidor promedio debe estarse preparando para una realidad de tasas de interés altas y eventualmente la aparición de nuevos impuestos para balancear el presupuesto.