Bajo el sol y la prisa de los automovilistas realiza su trabajo el malabarista José Hernández

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Sobre llantas o cubetas, con pelotas u otros objetos, disfrazados de payasos o pintados con distintos colores, los trabajadores de los cruceros viales de la ciudad de La Paz presentan sus shows para las personas que conducen a sus destinos. Con un lapso de aproximadamente un minuto y medio, tienen que ingeniárselas para que su acto sorprenda y así poder ganarse unas cuantas monedas. Definitivamente no es un trabajo fácil, sobre todo en una ciudad donde el clima es semidesértico y las temperaturas en verano ascienden hasta los 40 grados.

El malabarista José Hernández, originario de la Ciudad de México, quien lleva 12 años practicando y 5 trabajando en los cruceros viales y semáforos de diferentes ciudades del país, comentó que en la preparatoria comenzó su gusto por la disciplina, pero no fue hasta mucho tiempo después cuando tomó la decisión de hacerlo un estilo de vida.

“Estuve trabajando para la oficina, pero cuando tuve un desempleo me fui a los semáforos a trabajar, entonces esa inquietud de viajar y conocer diferentes lugares fue lo que me hizo mantenerme en el semáforo[…]En el semáforo estamos alrededor de 4 o 5 horas trabajando, pero ya todo lo que se presenta en digamos en un minuto de semáforo son años de trabajo”.

Entre los estados que ha laborado como malabarista se encuentran Chiapas, Oaxaca, Aguascalientes, Hidalgo, además de otros países como Guatemala. Respecto al entrenamiento, dijo que lo realiza diariamente ya sea horas antes y durante su jornada.

“Depende también el tiempo que tú le dediques puede ser que te tardes, a lo mejor algunos un mes, una semana, hasta inclusive un día, en levantar tres objetos, por decir a mí me tomó alrededor de una semana[…]practicamos todos los días. Antes de salir al semáforo se hace un calentamiento en casa que es aproximadamente media hora”.

Además del riesgo de sufrir un accidente durante los malabares, o ser atropellado cuando andan entre los carros, también se enfrenta al problema de encontrar un espacio libre, y cuando no es así, surgen conflictos entre los mismos trabajadores. Por otro lado, José Hernández dijo que el calor durante el verano lo obliga a reducir sus horas y esto le afecta física y económicamente.

“A veces en otras ciudades tenemos problemas con con la autoridad, con la policía que hay zonas donde no se permite trabajar[…]En tiempo de verano es salir a las 7 de la mañana, estaría en el semáforo y quitarte a lo mucho a la una dos, porque a esa hora ya cuando empieza el calor fuego ya después de ahí, pues a las de otro turno de cuatro a siete o de o de 5 a 8″.

José comentó que están viendo la posibilidad de organizarse con el Ayuntamiento de La Paz para la realización de shows en otros espacios y con un mayor público, con lo que pretenden disminuir la estigmatización social que viven.

Mónica Urbina