Colectivos ambientalistas piden mayor inspección de embarcaciones tras hundimiento del yate “Ragazza”

El colectivo Mar Libre solicitó mayor inspección y regulación de embarcaciones turísticas en zonas naturales protegidas, tras el hundimiento del yate "Ragazza" en la isla Espíritu Santo.
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Colectivos ambientalistas piden mayor inspección de embarcaciones

Tras el hundimiento del yate Ragazza el pasado 28 de septiembre en las inmediaciones de la isla Espíritu Santo, el fundador del colectivo Mar Libre, Pablo Ahuja, pidió a las autoridades marítimas y de control portuario una mayor inspección y regulación de las embarcaciones que navegan en la bahía de La Paz.

El experimentado buzo y defensor de los ecosistemas explicó que este accidente expone la necesidad urgente de implementar medidas más estrictas sobre el turismo náutico en áreas naturales protegidas.

“Hace falta una mayor inspección de estos barcos y capitanes entrenados, ya que este tipo de embarcaciones cuentan con sistemas de radar, sonda y antiincendios para prevenir cualquier tipo de riesgo en alta mar. Los tripulantes también deben estar capacitados para cumplir sus funciones a bordo”, comentó Ahuja.

El Ragazza quedó semi sumergido tras chocar contra unas rocas en el islote La Partida, dentro de la zona natural protegida de Espíritu Santo. El impacto provocó la entrada de agua por la parte inferior del yate, lo que ocasionó su hundimiento. Afortunadamente, las 10 personas a bordo fueron rescatadas sin incidentes, pero el suceso encendió alarmas entre los organismos de protección de la fauna marina.

Pablo Ahuja recordó otros accidentes similares con embarcaciones turísticas en aguas de La Paz, señalando la falta de sanciones para los propietarios y la carencia de una supervisión adecuada.

“¿Qué pasó con el yate Tentación, que se hundió en Balandra hace años y luego apareció en tierra en la calle 5 de febrero? ¿Quién es el responsable? ¿Y el yate Fortius, que se quemó en Balandra? ¿El dueño fue sancionado o multado? No hay seguimiento en estos casos. Además, hay un yate semihundido, el Ricacha, frente a Punta Prieta, desde el huracán Norma en octubre del año pasado. Este yate Ragazza es solo otro ejemplo de impunidad”, reclamó Ahuja.

El colectivo Mar Libre solicitó a la Secretaría de Marina (SEMAR) y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) transparentar las inspecciones realizadas a las embarcaciones que operan en la región. Asimismo, propusieron la creación de un programa de concientización para los operadores turísticos sobre la importancia de preservar el entorno marino.

La isla Espíritu Santo, declarada Área Natural Protegida desde 1995, es conocida por su rica biodiversidad, que incluye lobos marinos, mantarrayas y diversas especies de peces. Sin embargo, el aumento del turismo, especialmente en embarcaciones de gran tamaño, ha generado preocupación sobre la capacidad del ecosistema para resistir la presión humana.

 

AT

Imberth Rondero