Diez años después de Odile: Los Cabos sigue en riesgo

A diez años del devastador huracán Odile, Los Cabos sigue enfrentando desafíos en materia de resiliencia. La falta de continuidad en los programas de prevención y la construcción en zonas de riesgo son algunas de las principales preocupaciones
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La noche del 14 de septiembre de 2014 marcó la vida de quienes entonces habitábamos el municipio de Los Cabos, con la llegada del huracán Odile a tierras sudcalifornianas. Hablar de resiliencia es un tema profundo para una comunidad que crece día a día, y que ahora cuenta con una población que no ha vivido este tipo de experiencias, lo que genera una gran vulnerabilidad.

Fue a las 23:45 de aquella noche cuando el ciclón impactó a 10 kilómetros al este de Cabo San Lucas, con vientos sostenidos de 205 km/h y rachas de hasta 250 km/h. La experiencia con Odile no debe olvidarse, sino mantenerse como un precedente de cuán devastador puede ser un huracán.

Odile arrasó, rompió y destruyó todo a su paso. Alrededor del 90% de la población cabeña quedó sin luz debido a la caída de más de 500 torres eléctricas y unos 3 mil postes dañados. Además, miles de casas resultaron afectadas, y muchas otras quedaron completamente destruidas en asentamientos humanos en zonas de riesgo.

Para el comandante del Cuerpo de Bomberos de Cabo San Lucas, licenciado Juan Antonio Carbajal Figueroa, el municipio de Los Cabos aspira a ser resiliente. Solo las personas que han vivido la experiencia de Odile, Lidia y otros fenómenos meteorológicos tienen plena conciencia de qué hacer antes, durante y después de un ciclón, tormenta o huracán.

“Si tomas en comparación la cantidad de personas que vivían en el 2014 aquí en Los Cabos a la cantidad de personas que viven hoy 2024, 10 años después, estamos hablando de un gran número de personas que no tienen esas experiencias, que vienen de lugares donde los huracanes no impactan y esto genera una gran vulnerabilidad, por eso no podemos decir que somos resilientes, porque para hablar de una comunidad resiliente hablamos de una uniformidad, de que la gente entiende esos aspectos que provocan un nivel de riesgo por el acercamiento y el impacto de los huracanes”, expresó el Lic. Juan Antonio Carbajal Figueroa, comandante del Cuerpo de Bomberos de Cabo San Lucas.

Con respecto al desempeño de las autoridades, el comandante Carbajal Figueroa subrayó que no se puede hablar de resiliencia mientras no haya continuidad en los programas de prevención y contingencia, los cuales deberían ser inamovibles, independientemente del cambio de administraciones.

A pesar de los graves daños sufridos, Carbajal señaló que la ciudadanía parece tener memoria a corto plazo y no ha aprendido de la experiencia. Diez años después del impacto de Odile, y una vez superada la emergencia, en lugar de mejorar las prácticas de construcción y utilizar materiales más resistentes, se volvió a construir con materiales endebles, lo que mantiene la vulnerabilidad de la población.

“El hecho del asentamiento humano en zonas de riesgo, había en el 2014, 2024 hay y con demasía, hay mucha gente asentada en zonas de arroyo, esa es una gran vulnerabilidad. El tema de las construcciones débiles que estamos haciendo que no soportan las rachas de viento con los huracanes, Odile lo demostró, nos dijo: “esos materiales que usan para construir NO me soportan”, hoy tenemos una gran cantidad de construcciones construidas con los mismos materiales”, señaló.

El huracán Odile fue una advertencia, señaló el comandante Carbajal, quien lo corroboró con el huracán Otis, cuando su equipo viajó a Acapulco, Guerrero, para apoyar a las autoridades de ese estado. Otis impactó Guerrero como categoría 5, y Baja California Sur también podría enfrentar un fenómeno similar en el futuro, agregó.

Finalmente, el licenciado Juan Antonio Carbajal Figueroa, comandante del Cuerpo de Bomberos de Cabo San Lucas, destacó que tanto los ciudadanos como las autoridades deben trabajar para ser resilientes. No se trata solo de volver a la normalidad lo más pronto posible, sino de mejorar continuamente.

Daniela Lara
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