La familia Bazán Velazco llegó de Puebla para tener una mejor calidad de vida

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Cabo San Lucas.-La familia de Andrea ya ha sentido las inclemencias de la lluvia y del frío, son siete integrantes que viven en el terreno que les están prestando, donde solo existe un cuarto de triplay, el techo es un grueso plástico negro que colocan a unos centímetros del colchón que les fue donado.

Andrea Velasco de Bazán, originaria de Coetzala, uno de los municipios del estado de Puebla, señala “Venimos a trabajar, a buscar beneficio para mis hijos; llegamos en agosto, donde no encontramos trabajo, yo vengo decidida a trabajar”.

“Mis hijos son cinco, Omar de 14 años, Sebastián 13, Miguel de 11, Andrea de 10 y Angelín de ocho años, mi esposo y yo dormimos todos en un colchón que nos fue donado“.

Muy segura Andrea da a conocer cuál fue el objetivo de llegar a este destino de playa “A mi esposo le platicaron que en este lugar se ganaba bien y que había mucho trabajo; mi esposo es ayudante de albañilería, en el pueblo no se paga bien el trabajo y pues nos hacía falta “.

“Sí hay trabajo pero pagan poco, por eso nos decidimos a emigrar desde el mes de agosto llegamos a este terreno prestado, el cuarto es de cuatro por seis y ahí mi esposo levantó las cuatro paredes, el colchón lo trajo la presidenta de la Asociación Sabiduría y Dirección “.

“Luego nos trajeron otros más y ya nos vamos acomodando, porque los siete dormíamos en ese colchón y pues como ve, el plástico es el techo porque no nos ha alcanzado para comprar material para hacer la parte de arriba“.

“Él está trabajando, nos ayudamos de su sueldo de chalán, es un poco más bajo; yo lo que ocupo es la forma para conseguir una tamalera, porque vengo decidida a trabajar y para comenzar vendiendo tamales, pero me hace falta la olla “. “Mis hijos los dos grandes no encontramos cupo en la secundaria, los voy a pre inscribir, los demás ya están en la primaria pero yo voy atrabajar para ayudarles con los uniformes, colegiaturas, zapatos’’.

“Me hace falta una olla tamalera y una licuadora, lo básico para irme por las tardes allá a la bodega a venderlos y sacar adelante a los niños, porque aquí no tengo familia más que a ellos y mi esposo”.

Andrea Velasco Hernández y su esposo Esteban llegaron a Los Cabos para alcanzar una mejor calidad de vida, a lo que ella señala finalmente, “Doy gracias a Dios porque ellos están enteritos, no les falta nada, me hubiera sentido triste sí les faltara algo, pero tengo todo a la vez que son lo más hermoso, mis hijos, y por ello tengo que sacarlos adelante”.

Hasta el terreno de Andrea les llevaron más ropa, dos colchones más, algunos trastes que podrá ocupar para la elaboración de los tamales que desea empezar lo más pronto.

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