Movilidad y transporte en La Paz; un problema sistémico que debería preocuparnos
Pensar en la movilidad, en la capital de Baja California Sur, es relevante sobre todo cuando recordamos que muchas de las calles no cuentan con banquetas o con formas seguras de circular siendo un peatón. O también, cuando nos acordamos del servicio de transporte público en la ciudad, en caso de utilizarlo comúnmente.
Sin embargo, hay muchas aristas en torno a esta circunstancia. Cristina Ortuño, activista y coordinadora del colectivo: Pies, Cabeza y Corazón, expresa que “la ciudad se mira desde un carro”; quienes autorizan las obras actualmente, deberían reconocer la necesidad de contar con banquetas, contemplando a la población menos privilegiada en términos de acceso a un automóvil y a una vida que permita moverse desde otros términos:
“Las personas en las que depositamos nuestra confianza, también, cabe decirlo, quiero decir representantes populares que se supone que para eso están, tampoco están representando realmente los intereses de esas mayorías vulnerables”.
Esto implica reconocer temas en cuanto a banquetas, señalamientos, circulación, vías peatonales, legislaciones; es un problema sistémico. A su vez, convergen instituciones gubernamentales, constructoras, privadas, comercios, procesos sociales, culturales, económicos, entre otros:
“Yo creo que ese es un problema sistémico, no de aquí de la paz, no de Baja California Sur; pero que en algún momento tendríamos ya que entender, simple y sencillamente, que la gente más amolada también tiene derechos, punto”. -Cristina Ortuño. Coordinadora del Colectivo “Pies, Cabeza y Corazón”.
Sobre este tema; las legislaciones parten de intentos que surgían a nivel local. No obstante, actualmente existe un mandato constitucional, a nivel nacional, lo cual no se está cumpliendo en el municipio.
Aunado a ello, algo que Cristina resalta, y que creo que debemos reconocer, es que requerimos un espacio seguro en la vía pública, y deberíamos colaborar entre todos. Ello, para evitar accidentes, pero también para respetar los derechos de cada uno de nosotros.
En ocasiones, el privilegio de tener la facilidad, ya sea de contar con un carro, o poder pedir algún servicio de plataforma de viajes, puede nublar la forma de ver la ciudad en términos de movilidad; incluyendo la falta de atención por la autoridad o la necesidad de un reglamento que permita una vida digna para todos.
En este sentido, las autoridades municipales deberían atender las necesidades de la población en términos de movilidad y transporte. Pero también, debemos reconocer que cada ciudadana y ciudadano, es capaz de aportar, bajo un nivel de empatía y respeto, alternativas para crear una ciudad más segura. Ello, ya sea bajo el rol de automovilista, transportista, ciclista, comerciante y/o peatón.