El superpeso de 2023

* Consecuencias y entorno internacional. * Atención a los cambios en las exportaciones y el turismo.
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Fernando Castro, presidente de la AEBBA

En las últimas semanas la moneda mexicana ha vuelto a marcar tipos de cambio récord, no vistos desde 2015. De hecho, la estimación para el cierre de 2023, se espera que todavía llegue a estar debajo de los $17 pesos por dólar.

En artículos anteriores se analizaron las causas de dicha fortaleza desde el punto de vista de la economía mexicana. Ahora vamos a ver las consecuencias y el entorno desde el punto de vista internacional.

No es secreto que el dólar no se ha comportado como debería, algunos expertos sugieren que es el resultado de que no ha llegado la recesión a los Estados Unidos. En este trimestre sus principales minoristas volvieron a reportar ventas récord.

A nivel internacional el peso mexicano tiene el récord en 2022 y lo que va de 2023 como la moneda de un socio comercial de los Estados Unidos con mayor apreciación. En 2022 se apreció un 11.44% y en lo que va de 2023 ya pasa del 15%.

Entre las ventajas de tener un tipo de cambio fuerte es que las empresas tienen un menor costo por las importaciones, lo que implicaría menos presiones inflacionarias. Además, a los deudores en dólares les disminuyen los costos financieros.

Otra de las ventajas es para el turismo que sale de México, especialmente hacia Estados Unidos, pues los bienes y servicios se vuelven más atractivos. Sin embargo, este beneficio, sólo lo disfruta el 5% por ciento de la población en México, que son los de mayor poder adquisitivo.

Que el peso mexicano tenga mucha liquidez es una buena señal. Una moneda líquida tiene más posibilidades de apreciarse que la que se negocia poco en los mercados porque no es demandada. En ese contexto, el peso mexicano es actualmente la moneda más líquida de Latinoamérica porque se compra y se vende más que el resto de las divisas de la región.

Aunque tener una moneda fuerte y líquida puede parecer una ventaja indiscutible, lo cierto es que también implica algunos desafíos y amenazas para la economía mexicana. No todo es positivo para una moneda muy dura.

El Banco de México ha logrado esto manteniendo su diferencial del 6% por encima de la tasa de referencia de los Estados Unidos. La apreciación del peso le ha permitido a la economía mexicana adquirir alimentos y otros insumos de los Estados Unidos a un precio menor, esto ya se ve reflejado con un anuncio de la inflación para mayo de 2023 a nivel anual del 5.84%.

En el corto plazo se ve muy bien, parece una situación ganar – ganar. Sin embargo, hay que recordar qué tipo de economía tiene México.

Nuestro país es un exportador, la mayor parte de la inversión extranjera directa tiene lugar para producir bienes que se venden fuera de México. El llamado súper peso está haciendo que los productos mexicanos se hagan caros en el extranjero. Es probable que las ventas se mantengan en el corto plazo porque existen contratos, pero que veamos a partir de 2024 un entorno difícil donde nuestras exportaciones sean reemplazadas.

Por ejemplo, sólo por el tipo de cambio el acero canadiense ya es un 17% más barato que el mexicano sólo por el tipo de cambio, más si consideramos la productividad. Un turista que el año pasado pagaba un cuarto en México en mil pesos por poco más de 40 dólares, este año tendrá que pagar mil 100 pesos (por la inflación) y en dólares en 64.7 USD, un 62% más.

El Banco de México tiene que comenzar a plantearse otras medidas para frenar la inflación sin poner en riesgo el crecimiento en el mediano y largo plazo. Si este episodio del superpeso es breve, pues una empresa trasnacional no alcanzará a llevarse su producción a China, a Argentina, a Colombia, etcétera.

Por otra parte, si llegamos a un segundo y posiblemente un tercer año, el proceso de migración puede ser más factible. Debemos de poner atención a los cambios en las exportaciones y el turismo, porque estas dos áreas serán los primeros indicadores de una posible sustitución.

El año pasado (2022) ya empezó México a ser uno de los países que han experimentado un mayor declive en el intercambio comercial con los Estados Unidos. Cabe mencionar que a pesar de que el súper peso ha permitido que las importaciones desde los Estados Unidos aumenten a un nivel histórico.

Considero que el “superpeso” mexicano es una moneda que tiene muchos méritos, ya que no sólo se trata de aumentar la tasa de referencia por el Banco de México; también coincide el bono generacional de jóvenes en el país en edad de producir y de consumir; así como un mejor nivel educativo que permite el uso de las tecnologías para eficientar el consumo.

Así mismo, existen muchos desafíos. Su futuro dependerá de cómo se manejen los riesgos y las oportunidades que se presenten en el escenario nacional e internacional, cabe recordar que estamos en periodo electoral tanto en México como en Estados Unidos y ya en el pasado vivimos turbulencia financiera por dichos eventos.

Lo importante es mantener una política económica responsable, prudente y equilibrada que permita aprovechar las ventajas de tener una moneda fuerte y líquida, pero también mitigar los efectos negativos que pueda tener para algunos sectores.

Hay que recordar que la fortaleza de una moneda no es una panacea. A los ciudadanos, nos toca estar atentos al devenir económico y financiero del día a día, así como asesorarnos con profesionales en la materia para entender el impacto en nuestros negocios. En economía un acontecimiento puede tener consecuencias según se analice, es decir, no hay respuestas únicas sino depende del cristal con que se mira.