Sigue vigilia por encarecimiento de carne de res en México

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Para millones de familias mexicanas, la abstinencia de carne durante la Cuaresma no fue solo una cuestión de fe, sino también una decisión económica.

Y es que la carne de res, una de las proteínas más demandadas por su valor nutricional, se ha encarecido de forma significativa durante el último año, afectando tanto a los consumidores como a los comerciantes del país.

De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), al cierre de la primera quincena de abril de 2025, el precio promedio por kilo de carne de res al menudeo se ubicó en 105 pesos, lo que representa un aumento del 12.85% en comparación con los 93 pesos registrados en abril de 2024.

Sin embargo, el aumento ha sido aún más pronunciado en el mercado mayorista: el precio promedio por kilo alcanzó los 124.61 pesos, un alza del 29.92% frente a los 95.91 pesos del mismo periodo del año anterior.

Especialistas del sector agroalimentario atribuyen este repunte de precios a varios factores estructurales y coyunturales.

En primer lugar, la baja en la producción ganadera nacional ha reducido la oferta interna de carne, mientras que fenómenos climáticos como la sequía en Estados Unidos—uno de los principales productores y exportadores de carne a nivel mundial—han presionado los precios a nivel internacional.

A ello se suma la incertidumbre comercial desatada por decisiones proteccionistas impulsadas por el expresidente Donald Trump, las cuales han alterado las dinámicas de importación y exportación en América del Norte.

“La carne de res en México está estrechamente ligada a los mercados globales. Aunque la producción nacional cubre buena parte de la demanda, el precio está inevitablemente sujeto a lo que ocurre en el mercado internacional, y eso nos deja vulnerables ante eventos fuera de nuestro control”, señaló Luis Eduardo González, analista de mercados agroalimentarios.

El impacto en el consumo ya se hace notar. Según cifras oficiales, el consumo per cápita anual de carne de res en México ha caído a 15.5 kilos, lo que representa una reducción de aproximadamente medio kilo con respecto al año anterior.

Este descenso no es menor, considerando que la carne de res ha sido históricamente la proteína de mayor prestigio y valor percibido por los consumidores mexicanos.

“La carne roja no solo es un alimento; en muchos hogares es símbolo de bienestar. Pero hoy por hoy, para muchas familias, se ha vuelto un lujo que no pueden permitirse con la frecuencia de antes”, explicó Martha Pérez, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

Mientras tanto, los consumidores ajustan sus hábitos. Algunos optan por sustituir la carne de res por proteínas más económicas como el pollo o los huevos, mientras que otros han reducido directamente la frecuencia de su consumo.

Comerciantes en mercados y carnicerías reportan una baja en la demanda, particularmente en cortes de mayor precio, como el rib eye o el filete.

Frente a este panorama, tanto productores como autoridades enfrentan el reto de estabilizar la cadena de suministro sin trasladar aún más costos al consumidor final.

Pero con los efectos del cambio climático y la volatilidad del comercio internacional aún latentes, no hay certeza sobre cuándo se estabilizará el mercado de la carne de res.

Por ahora, la vigilia continúa, no solo en los hogares que observan la tradición religiosa, sino también en aquellos que, por necesidad, han tenido que cambiar su dieta frente al constante encarecimiento de uno de los alimentos más emblemáticos del país.

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