Baja California en crisis por degradación salarial, según INEGI

Baja California enfrenta una grave crisis de precarización salarial, con un aumento alarmante de trabajadores que ganan el salario mínimo y una drástica disminución de empleos bien remunerados
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Empleos formales en BCS

La precarización salarial en Baja California ha alcanzado niveles alarmantes, dibujando un panorama oscuro para la población económicamente activa de este estado fronterizo.

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De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el número de trabajadores que sobreviven con un salario mínimo al mes se ha disparado de manera escandalosa, llegando a 505,263 personas en 2024, lo que representa un crecimiento del 16.7% con respecto al año anterior.

Este incremento refleja una tendencia que se ha venido consolidando desde 2018, año en que Baja California registraba 99,971 trabajadores ganando un salario mínimo al mes.

Comparado con las cifras más recientes, esto significa que en seis años el número de trabajadores con salario mínimo creció un 405.4%, dejando al descubierto un fenómeno de degradación laboral que ha ido empeorando año tras año.

Lejos de mejorar, el mercado laboral de Baja California se ha deteriorado drásticamente, generando una creciente masa de trabajadores atrapados en esquemas salariales sumamente bajos, que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas de una familia.

Esta situación contrasta profundamente con el desarrollo económico que en cifras macroeconómicas se presume en la región, pero que no se traduce en bienestar para las personas.

El dato más devastador lo arroja la evolución de los empleos bien remunerados.

Mientras que en 2018 existían 97,806 trabajadores que ganaban más de cinco salarios mínimos mensuales, al cierre de 2024 esa cifra cayó dramáticamente a solo 5,913 personas, mostrando una reducción del 93.9% en este tipo de empleos.

En otras palabras, los trabajos con sueldos dignos prácticamente desaparecieron en Baja California, dejando a la inmensa mayoría de trabajadores en condiciones de vulnerabilidad y sin posibilidades reales de progreso.

La gravedad de estas cifras revela que el empleo formal no está garantizando una vida digna a los trabajadores, pues aunque se reporta crecimiento en el número de personas ocupadas, la calidad de los empleos ha ido en picada.

Hoy, cientos de miles de bajacalifornianos tienen que subsistir con el salario mínimo en un estado donde el costo de vida, especialmente en vivienda, alimentos y transporte, se encuentra entre los más altos del país.

Además, la situación se torna más compleja si se toma en cuenta que Baja California ha sido históricamente una de las entidades más dinámicas en términos industriales y de servicios, lo que debería reflejarse en mejores condiciones laborales.

Sin embargo, la realidad muestra que la riqueza generada no está llegando a los trabajadores, sino que se concentra en unas cuantas manos, mientras la mayoría ve precarizarse sus ingresos.

Especialistas advierten que la falta de políticas públicas efectivas para frenar la caída salarial y promover empleos dignos está agravando la desigualdad social en la entidad, y que este modelo económico basado en salarios bajos pone en riesgo la cohesión social y el desarrollo sostenible.

Baja California atraviesa una crisis profunda de degradación salarial, donde los trabajadores, lejos de avanzar, retroceden en sus condiciones de vida, atrapados en una economía que no garantiza empleos de calidad ni sueldos justos.

La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo podrá resistir la clase trabajadora este panorama desolador?

EU

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