Priscila y Cosme, una pareja que enfrenta la discriminación en La Paz

Ambos enfrentaron la discriminación y la falta de accesibilidad en las escuelas, el transporte público y el mercado laboral
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Priscila y Cosme

Priscila y Cosme son una pareja felizmente casada que ha tenido una dura vida por las discriminaciones y falta de espacios públicos adaptados para personas con discapacidad. Ellos, junto con su hija, reciben el apoyo de sus familias. Además, trabajan arduamente para tener una vida digna.

Desde la cocina se erradica la discriminación en La Paz

En entrevista para CPS Noticias y Tribuna de México, Priscila comentó que nació con hidrocefalia meningocele, una enfermedad que impidió que se terminaran de formar los discos de su columna vertebral. Esto la ha obligado a vivir casi 40 años en silla de ruedas. Oriunda de Veracruz, ahora vive en la ciudad de La Paz, en la colonia La Pasión.

“No me ha sido nada fácil tampoco sobrellevar esta discapacidad por el bullying, sobre todo la discriminación en las escuelas, a mi mamá le costaba mucho trabajo meterme en las escuelas normales porque los directores decían que no se querían hacer responsables de… de mí, de una niña con discapacidad, porque era mucho cuidado y hasta que ya encontró mi mamá una escuela normal pude entrar. Terminé la primaria y estuve hasta primero de secundaria, pero la he sabido sobrellevar desde que mi mamá falleció, mi mamá me enseñó a poder llevarme, cambiarme, hacer las cosas por mí, independientemente”.

Por dos años se fue a vivir a Vista Hermosa, Tabasco, para estudiar estética y belleza con el fin de dedicarse al negocio del maquillaje y moda, pero, a pesar de estar preparada, no la contratan.

“Estuve estudiando lo que es belleza y yo buscaba trabajo por facebook, por las redes sociales y nunca me aceptaron, que me iban a llamar, que me iban a citar y nunca sucedió. Y menos ya que no puedo salir por los transportes, tampoco porque como ya ve que no son de rampas se me dificulta andar en camión”.

Ella conoció a Cosme, su actual esposo, a través de un grupo de WhatsApp. Posteriormente, se reunieron en personas y al poco tiempo tuvieron una hija juntos. Él también ha sufrido discriminación y ha tenido dificultades para encontrar trabajo. A los 7 años tuvo un accidente automovilístico que lo dejó en coma por 15 días y postrado durante dos años. Esto le dejó secuelas físicas. Sufre ataques de epilepsia, no puede caminar derecho y tiene poca movilidad en la mano izquierda. Esto lo llevó a sufrir depresión y caer en adicciones.

“Conforme fui creciendo, a los 17 años empecé a agarrar la bebedera con las amistades de ahí de la colonia, donde vivía. Durante tres años así, yo llegué a andar durmiendo en las banquetas, en las casas baldías por el problema de la bebida, yo hoy en la actualidad pienso que entré en un estado de depresión y agarré la bebida por la situación física que me había pasado. Me decía por qué yo estoy así, por qué a mí me tocó esta vida, por qué a mí me tocó esta discapacidad, no lo comprendí hasta ya después que fui adquiriendo un poquito más de edad”.

Cosme para llevar a su familia adelante tiene un trabajo informal de lava coches y banquetas. Anteriormente, tuvo una cafetería, que lamentablemente no prosperó por diferencias entre él y su socia.

“En el 2019 conozco a mi esposa, en 2020 me caso con ella y tuvimos a nuestra hija, esa es la vida que yo decidí tomar con ellas. Yo lo veo como un reto hacer vida con ella y se me hizo muy pesado, pero muy bonito. La vida que he tenido con ella es muy bonita y en el aspecto del trabajo he estado batallando un poquito porque como no tengo un trabajo estable, un sueldo fijo llevando ando barriendo banquetas limpiando carros para ganarme el sustento diario ganó 15 pesos por lo que hago”.

Ambos en un futuro esperan poder expandir su vivienda para que, cuando su hija crezca, pueda tener un espacio propio. Actualmente, viven en una casa de una sola habitación con las mínimas comodidades, pero que con mucho orgullo y esfuerzo se han ganado.

LM

Raúl de León