Noem asegura que Sheinbaum deportó a más de 500 mil migrantes

0
179

En una declaración que ha generado revuelo en ambos lados de la frontera, la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, afirmó hoy durante una reunión de gabinete con el presidente Donald Trump que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, deportó a más de 500,000 migrantes antes de que llegaran a la frontera estadounidense, supuestamente bajo presión directa de Trump.

Estas afirmaciones, reportadas por múltiples medios y amplificadas en plataformas como X, plantean preguntas sobre la influencia de la administración Trump en la política migratoria mexicana y las dinámicas de cooperación bilateral en un contexto de creciente tensión migratoria.

Durante la reunión de Gabinete, Noem destacó que los arrestos y deportaciones de migrantes realizados por México deberían contabilizarse como un éxito de las políticas de control fronterizo de Trump.

Según reportes de medios, Noem señaló que Sheinbaum le informó personalmente que México había detenido a más de medio millón de migrantes antes de que cruzaran hacia Estados Unidos. “Fue porque usted [Trump] la obligó a hacerlo”, habría dicho Noem, según publicaciones en X de periodistas como Luis Cárdenas y Mario López San Martín.

Estas declaraciones se producen en un momento en que la administración Trump ha intensificado su retórica antiinmigrante y ha implementado medidas drásticas, como la revocación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 600,000 venezolanos y la cancelación del programa de parole humanitario para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.

Las afirmaciones de Noem han generado reacciones mixtas.

En México, la narrativa de que Sheinbaum actuó bajo presión de Trump ha sido recibida con escepticismo y críticas, especialmente por parte de sectores que defienden la soberanía nacional.

La presidenta Sheinbaum, en conferencias previas, ha insistido en que México no aceptará convertirse en un “tercer país seguro” y que cualquier coordinación con Estados Unidos se basa en un enfoque humanista, no en subordinación.

Sin embargo, la oposición mexicana ha cuestionado la transparencia de estas acciones, señalando que México ha recibido a 4,094 deportados de diversas nacionalidades en la primera semana de la presidencia de Trump, según datos oficiales citados por CNN.

Las declaraciones de Noem parecen diseñadas para reforzar la imagen de Trump como un líder implacable en materia migratoria, un tema central de su campaña y su segundo mandato.

Analistas sugieren que atribuir el mérito de las deportaciones mexicanas a Trump busca consolidar el apoyo de su base electoral, que valora las políticas de mano dura.

Sin embargo, la falta de evidencia concreta sobre las “órdenes” de Trump a Sheinbaum plantea dudas sobre la veracidad de estas afirmaciones.

Noem no proporcionó detalles específicos sobre cómo se ejerció esta presión, y el gobierno mexicano no ha confirmado públicamente tal directriz.

Las deportaciones masivas y la cooperación migratoria tienen implicaciones significativas.

México, que depende de las remesas de sus migrantes en Estados Unidos (estimadas en $65,000 millones en 2024, equivalente al 4% del PIB), enfrenta el desafío de reabsorber a miles de deportados.

El plan “México te abraza”, anunciado por Sheinbaum, busca mitigar este impacto con centros de recepción y programas sociales, pero expertos como Guadalupe González han advertido que el país no está plenamente preparado para un flujo masivo de retornados.

Por otro lado, las políticas de Trump podrían tensionar las relaciones comerciales con México, especialmente si se intensifican las amenazas de aranceles, como ocurrió recientemente con Colombia tras un conflicto diplomático por deportaciones.

Las declaraciones de Noem subrayan una estrategia de la administración Trump para externalizar el control migratorio, presionando a países vecinos como México y El Salvador para que actúen como barreras contra la migración.

Mientras México navega entre la cooperación y la defensa de su autonomía, el futuro de la política migratoria en la región dependerá de la capacidad de ambos países para negociar sin sacrificar los derechos humanos ni la estabilidad económica.

YM

Autor