17 años cambiando destinos: el Club de Niños y Niñas de Tijuana

En una ciudad marcada por contrastes sociales, el Club de Niños y Niñas de Tijuana ha sido, durante 17 años, un faro de esperanza y desarrollo para la infancia vulnerable.
Con un modelo educativo integral y didáctico, esta organización ha acompañado a más de una generación de niñas, niños y adolescentes en su crecimiento personal, académico y emocional.
Actualmente, el Club atiende a 300 menores entre los 6 y 16 años, provenientes en su mayoría de comunidades con alta marginación.
Su enfoque va más allá del cuidado asistencial: aquí se forma carácter, se cultiva el conocimiento y se siembran sueños.
A través de programas educativos, deportivos, artísticos y de desarrollo humano, los beneficiarios encuentran un espacio seguro donde construir un mejor futuro.
Durante la presentación de su más reciente informe de actividades, representantes del Club destacaron que este modelo de atención no solo impacta a los menores, sino que fortalece a familias enteras, al ofrecerles herramientas para enfrentar entornos sociales complejos.
“La evidencia de estos 17 años habla por sí sola. No solo se trata de números, sino de historias de vida transformadas. De niños que llegaron con enormes carencias y hoy son jóvenes comprometidos, estudiantes universitarios o trabajadores responsables”, subrayó uno de los directivos durante la presentación del reporte anual.
El impacto de esta organización no ha pasado desapercibido.
Diversas instituciones públicas y privadas han reconocido el trabajo del Club, que opera bajo el esquema de Boys & Girls Clubs of America, adaptado a la realidad fronteriza de México.
Aunque el camino no ha sido fácil —especialmente durante los años de pandemia—, el compromiso del equipo, sumado al apoyo de la sociedad civil, empresas locales y organismos binacionales, ha permitido que el proyecto no solo se mantenga a flote, sino que continúe creciendo.
Hoy, el Club de Niños y Niñas de Tijuana reafirma su misión: ofrecer a cada menor que cruza sus puertas las oportunidades que muchos les niegan.
Porque, como aseguran quienes ahí trabajan, el verdadero cambio social comienza cuando se apuesta por la niñez.
YM