Arroyo de aguas negras en Solidaridad Mezquitito; vecinos no aguantan la peste

Desde hace dos semanas el derrame de aguas residuales ha afectado a los vecinos de Solidaridad Mezquitito
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Derrame de aguas negras en la colonia Solidaridad Mezquitito

Dos semanas han pasado desde que apareció una fuga de drenaje en el Callejón 1, en la colonia Solidaridad Mezquitito, en La Paz. El derrame de aguas negras se ha convertido en un arroyo que afecta la vida diaria de los vecinos y pone en riesgo su salud.

Los habitantes de la zona comentaron que día y noche deben soportar la peste a drenaje. Sin embargo, el olor se vuelve aún más intenso después del mediodía, cuando el calor y el sol provocan que una parte del agua se evapore. Sara, quien vive en la cuadra, indicó que en ocasiones ni siquiera pueden consumir sus alimentos debido a los malos olores que ingresan a su vivienda.

“Apesta bien feo. Tenemos que salir con cubrebocas aquí afuera […] Nos tenemos que meter a la recámara, allá al fondo, a comer porque toda la peste se mete adentro, ahí en la cocina. Tenemos que tener cerrado para no oler tanta peste”, mencionó.

Francisco, uno de los vecinos, explicó que no es la primera vez se presenta el derrame, y que en el pasado ya había sido reparado por el Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (OOMSAPAS) de La Paz. Indicó que los trabajadores de OOMSAPAS deben revisar qué está pasando con la red y por qué se volvió a romper la tubería.

“A lo mejor se quita la tierra con la lluvia y a lo mejor los carros pasan y se empieza a hacer el problema, pero sí se necesita que se desazolvara un poquito a lo mejor para que quedara ese problema más terminadito. Como pasa mucho carro yo pienso que eso es lo que ha de estar dañando ahí, porque como corre el agua deslava y queda el tubo arriba a lo mejor, pero quién sabe”, declaró.

Agregó que por las noches la calle se queda a oscuras, lo que complica el paso y hace que los peatones no puedan esquivar los charcos de aguas negras. Algunos prefieren rodear la cuadra y buscar otro punto de acceso a sus viviendas, pero a otros no les queda más remedio que caminar entre las aguas residuales.

Andrea Villarreal