Familia vivió entre montones de basura en La Paz; así los ayudó la Cruz Roja
Elpidia, de 83 años, y su hijo Martín, de 62, vivieron durante años hacinados entre basura en un departamento de la colonia Pedregal del Cortés, en La Paz. Hoy su vida ha cambiado gracias al apoyo de la delegación de la Cruz Roja Mexicana en Baja California Sur y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
Su historia fue compartida a través de redes sociales por la Cruz Roja. La organización conoció a la familia el 31 de diciembre de 2024, cuando Martín, quien tiene una discapacidad, fue encontrado inconsciente y trasladado al hospital. Al ver las condiciones en las que vivían, los rescatistas decidieron ayudarlos.
De acuerdo con la Cruz Roja, la señora Elpidia padece un trastorno de acumulación. La Secretaría de Salud de México señala que este es un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo que genera riesgos para la salud, ya que puede implicar una falta de limpieza y orden.
En el caso de la señora Elpidia, el delegado estatal de la Cruz Roja Mexicana, Daniel Santacruz, explicó que la basura acumulada en su hogar alcanzaba los 60 centímetros de altura. Para la limpieza, los voluntarios tuvieron que utilizar equipo de protección personal y herramientas como palas.
“Ahorita nos encontramos en la sala de la señora Elpidia. En esta parte de la sala es donde ella duerme, donde ella en estas condiciones se acuesta a descansar. Vemos que están saliendo muchos insectos”, comentó el delegado en el video compartido en Facebook.
En las imágenes difundidas por la Cruz Roja se observan desechos de todo tipo: bolsas de plástico, botellas de refresco, ropa, papel, utensilios de cocina y hasta excremento de perros. Según relató la señora Elpidia, su hijo Martín permanecía atrapado en su habitación, sin poder desplazarse libremente por el departamento.
Sillones y colchones fueron retirados, ya que estaban en condiciones insalubres e imposibles de recuperar. La Cruz Roja se encargó de amueblar la vivienda con nuevos muebles y artículos esenciales para que Elpidia y su hijo pudieran habitarla en condiciones dignas.
La reacción de la familia al ver la transformación de su hogar fue emotiva. Entre lágrimas, la señora Elpidia agradeció el esfuerzo de los voluntarios, quienes dedicaron horas de trabajo para ayudarla.