Intruso en el WiFi: detecte y elimine amenazas

Imagen generada con Gemini
Detectar a un intruso en el WiFi es clave para evitar problemas de conectividad y prevenir riesgos en la seguridad de la información personal. Aunque muchas veces la red se vuelve lenta por causas técnicas o por saturación, también es posible que un tercero se haya conectado sin autorización.
Una señal común es la disminución repentina de la velocidad. Cuando las páginas tardan en cargar o los videos se detienen constantemente, podría tratarse de un intruso en el WiFi utilizando parte del ancho de banda. Esta situación se agrava si, además, hay interrupciones o problemas al intentar conectar nuevos dispositivos.
El parpadeo de las luces del router también puede ser revelador. Si todos los aparatos del hogar están apagados y los indicadores LED siguen mostrando actividad, es posible que haya un dispositivo desconocido conectado. En muchos casos, esta es la primera señal visible de que algo no va bien en la red.
Para confirmar la presencia de un intruso en el WiFi, se recomienda acceder al panel de administración del router. Desde ahí, es posible revisar la lista de dispositivos conectados, identificarlos por nombre, modelo o dirección IP, y detectar aquellos que no pertenecen a los miembros del hogar.
Otra herramienta útil es la comparación de direcciones MAC. Cada dispositivo tiene una dirección MAC única, y si alguna no coincide con los aparatos habituales, puede tratarse de un acceso no autorizado. Aplicaciones como Fing o WiFiMan permiten hacer este análisis desde el teléfono móvil con facilidad.
En computadoras, programas como Advanced IP Scanner ofrecen funciones similares y permiten detectar intrusos con mayor precisión. Algunos incluso generan alertas cuando se conecta un nuevo dispositivo, lo que facilita el monitoreo constante de la red.
Una vez identificado el intruso, el primer paso recomendado es bloquear su dirección MAC desde el panel del router. Aunque esta medida no garantiza una protección total, actúa como una barrera inmediata. Cambiar la contraseña del WiFi es una acción más efectiva, ya que desconecta a todos los dispositivos y obliga a reautenticar el acceso con la nueva clave.
Es fundamental que la nueva contraseña sea segura: larga, con combinaciones de letras, números y símbolos. Además, es aconsejable desactivar el nombre de la red (SSID) o cambiarlo para evitar que sea fácilmente reconocible por extraños.
En casos más complejos, puede ser necesario restablecer el router a su configuración de fábrica. Esto borra todos los accesos anteriores y permite configurar la red desde cero, aplicando medidas de seguridad más estrictas desde el inicio.
Detectar a tiempo a un intruso en el WiFi no solo protege la velocidad de conexión, sino también los datos personales y la integridad digital del hogar. Mantener la vigilancia sobre la red es una práctica esencial para prevenir accesos indebidos y proteger la privacidad.