Las madres buscadoras demuestran que México es una tumba

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En tercera persona

El viernes, una llamada anónima llevó a madres buscadoras del Colectivo Amor por Tamaulipas hasta un predio del Infonavit Arboledas, en la ciudad de Reynosa.
Un “arrepentido” les había informado que en aquel lugar había al menos 15 fosas clandestinas excavadas por el crimen organizado.
Según relataron más tarde, las rastreadoras se vieron obligadas a acudir solas al lugar, ya que la Comisión Estatal de Búsqueda y en la fiscalía del estado se hallaban en “periodo vacacional”.
Ese fin de semana encontraron 11 fosas con 28 cuerpos. Ocho de estos tenían tatuajes y ropa que permitieron que sus familiares los identificaran.
Ese mismo fin de semana, del otro lado del país, otro colectivo de madres buscadoras encontraba en Ciudad Obregón, Sonora, ocho cuerpos más.
México es una tumba. La tumba del crimen organizado.
El miércoles pasado, el colectivo Madres Unidas y Fuertes y autoridades que perseguían el rastro de dos menores desaparecidos en un ejido de Mexicali, en Baja California, llegaron a la colonia Miguel Alemán, en los límites con San Luis Río Colorado.
Las asaltó un fuerte olor a muerte, “un olor que impregna la nariz”.
Comenzaron el hallazgo de cadáveres prácticamente a flor de tierra. En seis días localizaron 15 cuerpos. Los habían inhumado clandestinamente en ese sitio en un periodo que podría extenderse entre uno y tres meses.
Los cadáveres, informó la fiscalía, tenían “mecanismos de privación”: grilletes y esposas. Dos de estos presentaban heridas de fuego en el cráneo.
En el lugar había casquillos de bala vinculados a homicidios perpetrados por un grupo local, Los Coyotes, que de acuerdo con autoridades alguna vez estuvieron encargados de vender la droga de Los Rusos, el brazo armado del Cártel de Sinaloa. Su líder es un sujeto que ha sido identificado como El Siete-Ocho.
El horror de las fosas, el hallazgo de cementerios clandestinos con sus señales brutales de horror y violencia, se había disparado en otras regiones del país precisamente durante la misma semana.
Sujetos que se habían enfrentado a tiros con policías estatales en Penjamillo, Michoacán, fueron perseguidos hasta un domicilio de la comunidad de Ziquítaro. Al momento de aprehenderlos en la casa en que se habían refugiado, los agentes descubrieron que en el patio había tierra removida.
Bajo un montículo encontraron los cuerpos de cuatro personas.
El mismo día, el colectivo Madres Guerreras localizaba, en una colonia de León, Guanajuato, una fosa en la que había sido inhumada de manera clandestina al menos otra persona.
A excepción del de Penjamillo, todos los hallazgos fueron realizados por madres rastreadoras que un día abandonaron sus casas para salir en busca de algún familiar desaparecido, y que en su camino hallaron a mujeres que atravesaban la misma situación.
La buscadora Ceci Flores ha dicho que el colectivo al que pertenece ha devuelto a sus familias los restos de al menos 300 personas. Y, sin embargo, ella aún no ha logrado encontrar rastro alguno de Alejandro y Marco Antonio, sus hijos.
De diciembre de 2018 a marzo de 2023, la Comisión Nacional de Búsqueda reconoció el hallazgo de 2,710 fosas clandestinas en México.
De diciembre de 2018 a junio de 2023, se tiene registrada la desaparición de 43 mil 119 personas.
Según datos presentados por el Observatorio Nacional Ciudadano, las cinco entidades con mayor número de hombres desaparecidos son, en ese orden, Jalisco, la Ciudad de México, Michoacán, Estado de México y Tamaulipas.
Las cinco entidades con mayor número de mujeres desaparecidas son la Ciudad de México, el Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Veracruz.
Precisamente, Veracruz y Tamaulipas son los estados en que más fosas han sido halladas: 650 en la primera entidad; 547 en la segunda. Les sigue Guerrero con 489.
No es posible medir la inmensidad de esta catástrofe: fosas en todo el país que arrojan cuerpos por decenas: verdaderos campos de exterminio como el hallado en La Bartolina, Tamaulipas, en 2021.
Lo poco que sabemos lo debemos a un conjunto de mujeres que escarban en la tierra y, contra todos los discursos, exhuman con sus palas la tragedia que es México.

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