Recomendaciones para evitar lesiones en la piel y posibilidad de cáncer

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Personas caminando bajo el sol

Con el aumento de temperaturas son más las personas que optan por ir a la playa y refrescarse en el agua, pero eso también implica pasar varias horas bajo el rayo del sol, en este contexto, la delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), emitió una serie de recomendaciones para prevenir daños severos en la piel y posible cáncer cutáneo.

Lo más importante es evitar, en medida de lo posible, estar a la intemperie entre las diez de la mañana y cuatro de la tarde, debido a que en estas horas los rayos UV generan daños irreversibles en la epidermis; usar bloqueador solar de amplio espectro con factor de protección solar del 30 y aplicarlo de forma constante.

 Por su parte, algunos ciudadanos buscan protegerse del sol con sombreros, gorras y sombrillas, además de mantenerse bien hidratados.

“Casi siempre me gusta ponerme mi gorra, bloqueador solar y tratar de usar traje de baño con manga larga cuando voy a la playa porque sí quema bastante el sol”, manifestó una ciudadana.

Asimismo, otra persona mencionó: “casi no salgo al sol, pero si trato de usar bloqueador y andar lo menos posible en el sol porque está bien fuerte”. Mientras que un turista señaló que “cuando voy a la playa casi no me pongo bloqueador porque me irrita los ojos pero sí trato de no estar tanto tiempo en el agua y busco una palapa”. 

 Algunas de las consecuencias de exponerse demasiado tiempo al sol son el deterioro prematuro en la piel, aparición de manchas color café o blancas en distintas partes del cuerpo, paño en el rostro, alergias y lesiones cutáneas que podrían convertirse en un cáncer.

 En caso de presentar una lesión en la piel, lo ideal es acudir al médico y no aplicarse remedios caseros, ya que podrían generar irritación o más padecimientos.

 Es muy importante señalar que si detectan manchas oscuras que cambian de forma, tamaño o color de un mes para otro, o de repente ven un lunar con forma asimétrica, que cambia de color, cuyo tamaño es mayor a seis milímetros, o un bulto en la piel que crece, sangra y duele, deben ir con el dermatólogo para descartar que se trate de cáncer.