Tsunamis en México: historia de grandes impactos

Al menos tres tsunamis han causado daños graves en la costa del Pacífico mexicano desde que se tienen documentados estos fenómenos
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Tsunamis en México: historia de grandes impactos

La reciente alerta por tsunami emitida tras el terremoto de magnitud 8.8 ocurrido en Rusia, activó el recuerdo de los eventos históricos más significativos registrados en el litoral mexicano. Aunque el temblor tuvo lugar a miles de kilómetros, el riesgo de afectaciones en la costa del Pacífico mexicano puso en marcha los protocolos del Centro de Alerta de Tsunamis de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), que concluyó al mediodía del miércoles con la desactivación de la alerta.

La historia sísmica de México incluye más de 60 eventos de tsunami registrados en los últimos 284 años, especialmente en la costa del Pacífico mexicano, donde las olas han llegado a medir entre 5 y hasta 10 metros en casos extremos. Aunque ningún caso ha alcanzado la devastación de los maremotos de Japón (2011) o Chile (1960, 2010), el peligro sigue latente.

Uno de los episodios más antiguos y documentados fue el del 28 de marzo de 1787. Aquel día, un terremoto de magnitud 8.4 sacudió San Sixto, Oaxaca, provocando un maremoto que penetró hasta 8 kilómetros tierra adentro. En el puerto de Acapulco, la ola alcanzó los 4 metros de altura, arrastrando ganado y afectando seriamente a las comunidades ribereñas.

El 22 de junio de 1932, un sismo de magnitud 7.7 frente a Colima desencadenó lo que sería el tsunami más destructivo del siglo XX en México. En Cuyutlán, una ola de más de 10 metros causó la muerte de más de 75 personas, hirió a más de 100 y devastó completamente el balneario, al grado de desplazar un camión a más de 200 metros de la playa.

Otro evento relevante ocurrió en 1925, cuando un sismo de magnitud 7.0 frente a Zihuatanejo, Guerrero, generó una súbita elevación del mar de entre 6 y 7 metros. Relatos de la época describen cómo las aguas no llegaron como una sola ola, sino como si toda la bahía se levantara. Algunos informes calcularon olas de hasta 11 metros.

En 1957, el llamado terremoto del Ángel, que tuvo su epicentro en la costa de Guerrero, también produjo un tsunami, aunque de menor magnitud. Este fue registrado por los mareógrafos de Acapulco y Salina Cruz, confirmando la reacción del océano ante el movimiento telúrico.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, múltiples maremotos afectaron las regiones de Sinaloa, Michoacán, Jalisco, Guerrero, Chiapas y Oaxaca. Aunque varios fueron de mediana intensidad, los de 1787 y 1932 sobresalen por su impacto social y material.