Apoya Museo de la Ballena de La Paz en retiro de redes de pesca abandonadas en reserva de la vaquita marina
México, 15 Dic (Notimex).- Autoridades federales, pescadores y organizaciones civiles retiraron 71 redes de pesca abandonadas o perdidas de la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California, para proteger a la vaquita marina.
El 10 de octubre pasado, las secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de Marina Armada de México (Semar) y de la Defensa (Sedena) iniciaron un programa para retirar las “redes fantasma” de ese lugar.
A los esfuerzos del gobierno mexicano se sumó PESCA ABC, una organización de pescadores de San Felipe, Baja California, así como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Sea Shepherd Conservation Society y el Museo de la Ballena de La Paz, Baja California Sur con apoyo financiero, técnico y logístico.
Entre el 10 de octubre y el 7 de diciembre se recorrieron 11 mil 814 kilómetros y localizaron 136 aparejos de pesca abandonados, de los cuales se lograron extraer 103.
De ese total, 36 eran redes agalleras ilegales para pescar totoaba, de las cuales 28 estaban en uso; así como 36 para pescar camarón; 24 cimbras para capturar totoaba, tiburones y otros peces de 80 a 500 metros de longitud y en malas condiciones y siete redes de arrastre y trampas.
Durante las acciones se liberaron vivas dos tortugas marinas, centenares de peces y crustáceos y una totoaba; además se encontraron muertas seis totoabas, tres tortugas marinas, rayas, más de mil peces de varias especies y un mamífero marino no identificado.
La meta del programa que se pretende continuar de manera ininterrumpida es eliminar el serio riesgo que las redes de pesca abandonadas representan para la vaquita, una marsopa que sólo existe en México y que con menos de 60 individuos vivos es el mamífero marino más amenazado del planeta.
La vaquita está al borde de la extinción debido a que es atrapada accidentalmente y muere ahogada en redes agalleras ilegales, principalmente en aquellas para capturar totoaba, pero también en redes agalleras para capturar otros peces y camarones.
En un comunicado conjunto de las dependencias federales y organizaciones que participan en el programa, explicaron que la totoaba es un pez en peligro de extinción que sólo vive en México, cuya vejiga natatoria se trafica principalmente a través de la frontera con los Estados Unidos para su consumo en China.
Las redes fantasma también impactan a otras especies amenazadas o en peligro de extinción como las ballenas, tiburones, tortugas marinas y otras de importancia comercial y además son un peligro para la navegación en el Alto Golfo de California.
En dicho proyecto participan 40 pescadores de San Felipe con 20 embarcaciones menores llamadas pangas y cinco embarcaciones de la Semar, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), Sea Shepherd Conservation Society y el Museo de la Ballena.
La operación para retirar “redes fantasma” consta de tres fases: la localización y marcaje a través de GPS de redes por parte de pescadores locales que remolcan un gancho o grampín en rutas definidas previamente.
Después se lleva a cabo la extracción de redes por personal de la Profepa, Conanp y Semar en colaboración con las organizaciones civiles y el apoyo de embarcaciones y el equipo especializado de Sea Shepherd Conservation Society y del Museo de la Ballena.
Posteriormente, el personal de la Profepa transporta, acopia y destruyen las redes y aparejos encontrados en el Alto Golfo de California.
Las “redes fantasma” son mallas de pesca abandonadas o perdidas en el mar que pueden flotar durante meses o años y continúan atrapando y matando a millones de peces, cangrejos, langostas, tortugas, aves y mamíferos marinos en los océanos del mundo.
Si no se recogen, los químicos utilizados en su proceso de fabricación se incorporan a la cadena alimenticia y son ingeridos por muchas especies de invertebrados, peces y otros animales marinos, lo que afecta a los ecosistemas marinos y a quienes consumen sus productos.
Según las Naciones Unidas 640 mil toneladas de redes fantasma flotan en los océanos, es decir, la décima parte de toda la basura marina.