Aumento en la canasta básica afecta al albergue Mamá Benita
Para Benita Sabino Morales, quien dirige el albergue Mamá Benita, cada vez es más difícil hacer rendir el dinero para alimentar a las personas que viven en su refugio. El aumento en el precio de los productos de la canasta básica no se detiene. Un litro de aceite comestible puede encontrarse por encima de los 70 pesos; la pechuga de pollo sin hueso ronda los 180 pesos, y un kilogramo de huevo a granel se cotiza en más de 50 pesos.
“Ha sido muy difícil. Me espanto cuando voy a ver una cartera de huevo en 90 pesos. Te quedas asombrado. O un litro de aceite. Es bien difícil. Se nos acabó el gas y estamos con carbón. Pero lo importante es que nadie se queda sin comer. Todos desayunan; todos comen”, expresó.
Pese a que la situación es complicada, y que las donaciones que reciben por parte de la población han mermado, el trabajo que realizan no se detiene. Recientemente, volvió a abrir el comedor comunitario que tiene en la colonia Gral. Manuel Márquez de León.
“Por la pandemia se detuvo, pero ya el lunes ya empezamos, ya ahorita ya estamos ahí, empezando otra vez a darle desayuno a los niños”, comentó.
Con la ayuda de voluntarios, brinda desayunos a treinta niños de lunes a viernes en un horario de 6 a 8 de la mañana. Al ver las condiciones en las que viven muchas familias de la zona, espera pronto tener la posibilidad de también ofrecer alimentos a la hora de la comida.
“Es bien difícil. La gente que vive ahí es porque tiene necesidad. Ahora que hicimos el curso de verano pusimos unos arbolitos ahí en el terreno, porque tenemos ya un terreno, y tenían quince días que no les llevaban agua. No puede ser. ¿Cómo es posible? Les llevé agua y dije ‘No, ni modo’. Les dejaba el agua ahí. Siempre es bien difícil y , como te digo, la gente que vive ahí es porque tiene necesidad”, señaló.
Mamá Benita recordó que, además de las donaciones, ellos mantienen abierto el refugio y el comedor gracias a la venta de elotes, algodones de azúcar, raspados y churros.