Hospiten te explica cómo se usa el bótox para tratar el bruxismo

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El bruxismo es un trastorno caracterizado por el rechinar y apretar de los dientes de manera involuntaria, que se produce generalmente durante el sueño.

Esta afección médica puede causar daño en los dientes y en la mandíbula, dolor de cabeza y cuello, así como desencadenar en problemas dentales y trastornos del sueño.

El bótox es una toxina botulínica, o bien, una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum, que es conocida por su capacidad para relajar temporalmente los músculos. Usualmente se usa para tratar las arrugas faciales, líneas de expresión y arrugas en la frente. También se ha usado para diversos tratamientos médicos como el estrabismo, la espasticidad muscular y el bruxismo.

Actualmente, se está explorando el uso del bótox como una alternativa para tratar el bruxismo. El bótox es una neurotoxina que se inyecta en los músculos para reducir su actividad y, por lo tanto, disminuir la tensión muscular. Al inyectarse en los músculos que controlan la mandíbula, puede ayudar a la persona a reducir este problema, es decir, el rechinamiento y apretamiento de dientes.

Aunque este es un método relativamente nuevo, los estudios preliminares sugieren que puede ser una opción efectiva para aquellos que no responden a otros tratamientos. Sin embargo, como cualquier tratamiento médico, es importante destacar que existen posibles efectos secundarios y de riesgo asociados con su uso, por lo que es importante que los pacientes hablen con un médico especialista para analizar los pros y contras de esta alternativa, antes de tomar una decisión.

Cecilia Colín
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