Inseguridad en el Centro Histórico de La Paz divide opiniones entre comerciantes

El centro histórico de La Paz continúa siendo un punto clave para el comercio local. Sin embargo, en medio de reportes sobre asaltos y robos a pequeños negocios, la percepción de inseguridad se ha convertido en una preocupación cotidiana entre comerciantes. ¿Qué medidas han adoptado y cómo valoran la respuesta de las autoridades?
CPS Noticias y Tribuna de México realizaron un recorrido por distintos establecimientos del centro de La Paz, donde recogieron testimonios que muestran un panorama contrastante: desde comerciantes que no han enfrentado incidentes, hasta quienes optaron por cerrar sus negocios ante el temor y la falta de respuesta institucional.
Noé González, sastre con varios años trabajando en el centro, asegura no haber sido víctima de robos, aunque reconoce que el ambiente ha cambiado en los últimos tiempos. A pesar de que observa patrullajes frecuentes, considera que la organización entre comerciantes es una asignatura pendiente.
“Aquí todavía ninguna [medida]. Todavía no nos ha pasado nada, pero sí hemos sabido de la ola de violencia. En seguridad está más o menos, aquí en el centro sí se ve patrullaje, sobre todo en la noche.”
“Nos hace falta más unión entre comerciantes para hablar de estas cosas y tomar medidas entre nosotros.”
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Por otro lado, Salvador Álvarez Almaraz, expropietario de un restaurante en la misma zona, decidió cerrar su establecimiento luego de múltiples robos. Relata pérdidas materiales significativas y una profunda decepción por la falta de respuesta institucional.
“Ya van dos veces que se han metido a robarme. A los muchachos que pusieron la palapa les robaron toda la herramienta. También se han llevado propinas y productos del restaurante. Han sido varias veces. Por eso mejor cerré.”
En contraste, María del Carmen García Gutiérrez, vendedora de aguas frescas y dulces típicos, afirma sentirse segura gracias a la constante presencia de personas en la zona y el uso de cámaras de seguridad.
“Tenemos cámaras. Aquí a la vuelta hay mucha gente. Gracias a Dios hasta ahora estamos bien, a pesar de la fama de asaltos. Yo creo que Dios es muy grande porque no ha pasado nada. Bendito sea.”
La percepción de seguridad entre comerciantes varía considerablemente. Mientras algunos operan con confianza en el patrullaje policial, otros optan por protegerse por su cuenta o cerrar sus puertas ante el temor y la falta de respaldo institucional.
Un punto recurrente en los testimonios es la falta de denuncias. Ya sea por miedo, desconfianza o experiencias negativas previas, muchos optan por no acudir a las autoridades. A esto se suma la ausencia de organización gremial, lo que limita la posibilidad de establecer redes de apoyo y vigilancia comunitaria que podrían fortalecer la prevención del delito en esta zona emblemática de la capital.
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