Crimen organizado se infiltra en marchas del Centro Histórico, alertan empresarios

Para los empresarios, no se trata simplemente de vandalismo o indicios aislados: lo que observan es al crimen organizado con estructura, recursos y estrategias muy definidas.
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Empresarios del Centro Histórico de la Ciudad de México han denunciado que el crimen organizado se ha infiltrado de forma sistemática en manifestaciones masivas para cometer robos millonarios en tiendas ubicadas en esa zona, especialmente joyerías. Según estos comerciantes, los asaltantes no actúan de forma espontánea, sino bajo una estrategia deliberada que aprovecha el caos de las marchas para perpetrar saqueos organizados.

De acuerdo con su versión, el modus operandi del crimen organizado incluye el marcado previo de locales con pintura para identificar aquellos con mercancía de alto valor. Posteriormente, durante la manifestación, estos establecimientos ya señalados son atacados simultáneamente por miembros del grupo criminal armados con herramientas como mazos, martillos y esmeriles para forzar cortinas metálicas y vitrinas. Además, algunos de los saqueadores incluso portarían armas de fuego, según los empresarios.

El impacto económico de estas acciones, afirman los denunciantes, es tremendo. Se estima que una sola joyería podría haber sido saqueada por hasta 50 millones de pesos, mientras que las pérdidas totales para los comercios del Centro Histórico se proyectan en hasta 800 millones, afectando a miles de establecimientos.

Para los empresarios, no se trata simplemente de vandalismo o indicios aislados: lo que observan es la operación organizada de grupos criminales con estructura, recursos y estrategias muy definidas.

Frente a este panorama, los locatarios han pedido a las autoridades capitalinas y federales una respuesta contundente: vigilancia especial en las próximas marchas, detención de los saqueadores y la implementación de estrategias preventivas que frenen la penetración del crimen organizado en protestas sociales.

Incluso han expresado su voluntad de colaborar con las fuerzas de seguridad para identificar a los responsables y evitar que las manifestaciones legítimas se conviertan en una coartada para el delito.

Por su parte, algunos analistas señalan que esta infiltración del crimen organizado en protesta social no es un fenómeno nuevo, sino una manifestación más de cómo los grupos criminales adaptan sus métodos al entorno urbano, aprovechando espacios de tensión para maximizar ganancias. Para los empresarios, la diferencia ahora es que se visibiliza y se exige una respuesta institucional clara.

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