Cumplí dos sueños y voy por el tercero: Aranza Vázquez

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Clavadista Aranza Vázquez Montaño

Aranza Vázquez realizó una excelente actuación en el trampolín de tres metros de los juegos olímpicos en Tokio, posicionándose como la sexta mejor del mundo, una posición digna de reconocerse y que muestra los años de esfuerzo, trabajo y disciplina de la joven de 18 años.

Llegar a los juegos olímpicos representó un sueño cumplido para la clavadista, quien desde muy corta edad deseaba ser una deportista olímpica, así lo externó la señora Mónica Inés Montaño Colins, mamá de Aranza Vázquez.

“Más que un sueño como padres, es un sueño de ella, desde chica decía que iba a ir a los juegos olímpicos y lo logró, lo único que hemos hecho nosotros como padres es apoyarla, siempre lo hemos dicho, no hacemos algo más allá que lo que un padre hace por sus hijos, que es el educarlo, inculcar el deporte, valores, disciplina y estar ahí con ella; el sentir que ella ya lo logró, es una satisfacción enorme para nosotros”.

Por su parte, la clavadista nos compartió que llegar a las olimpiadas fue una experiencia  en la que logró cumplir dos grandes sueños: estar en el escenario mundial y pasar a una final olímpica.

“Las olimpiadas para todo atleta de alto rendimiento, es un sueño a cumplir, yo quería estar en una y lo logré, pasar a una final olímpica fue parte del sueño y aunque quedé en sexto lugar, que es muy buen lugar, aprendí mucho de la competencia; como controlar los nervios y la presión, en un escenario tan grande”.

Finalmente, la señora Inés Montaño hizo un paréntesis para agradecer al entrenador Yunieski Hernández Sánchez, acaecido el año pasado, quien acompañó a la clavadista durante sus diez años de preparación y la entrenó no solo para el deporte sino para la vida misma. 

“El profesor Yunieski siempre les enseñó a estar concentrados en lo que ellos quieren y en lo que ellos desean, no en lo que los rodea, sino siempre enfocarse en sus metas, es algo que siempre se lo he agradecido y gracias a dios tuve la oportunidad de decírselo en vida, que él fue un gran formador de mis hijos, ya que los dos practicaban clavados”.