Delfines en cautiverio: la industria que explota su miseria
Cada truco que realiza un delfín en cautiverio implica una larga historia de sufrimientos y traumas.
Destinos turísticos de México como Playa del Carmen, Cozumel y Cancún tienen poco más de quince instalaciones que albergan alrededor de cien delfines en cautiverio, con los cuales ofrecen crueles tours y experiencias de “nado con delfines”.
Lamentablemente el número de delfinarios en México sigue creciendo pese a que la importación y captura de la especie se prohibiera desde el 2006.
Los delfines prisioneros de la multimillonaria industria
Al ser una practica tan rentable la captura de la especie continúa, en su mayoría provienen de Cuba, así como de las Islas Salomón y Taiji y Japón.
Empresas como Delphinus World, Dolphin Discovery y Delphinaris pagan hasta 200 mil dólares por el mejor ejemplar, tristemente los no seleccionados son sacrificados.
A esto se le suma que, entre el 30% y el 80% de los ejemplares no sobreviven a la captura al ser un proceso tanto violento como traumático.
No obstante, el sacrificio es enormemente remunerativo para las empresas instaladas en Cancún Playa del Carmen y Cozumel, cada delfinario al año genera poco más de 2 millones de dólares. Esta suma no incluye las fotos y souvenirs. Todo esto ocurre a la vista del gobierno.
Etapas de sufrimiento de los delfines en cautiverio
Por si fuera poco el sufrimiento por el que pasa un delfín al momento de ser capturado, ya en cautiverio viven en tortura constante.
De inicio se les limita su movilidad, en su hábitat se mantienen constantemente en movimiento, por día llegan a nadar hasta 40 millas, en tanto que en cautiverio, los pequeños tanques los limitan por lo que nadan en círculos o bien se mantienen flotando en la superficie.
En su mayoría, son las hembras las capturadas para estar en cautiverio, lo que también afecta el proceso natural de apareamiento, por lo que esto contribuye a su eventual extinción.
Las pocas crías que nacen en cautiverio son separadas de sus madres a una edad temprana, lo que genera trauma y sufrimiento tanto a la cría como a la madre.
Estar en cautiverio también deteriora su comportamiento natural, aunado a que no les brinda estimulación mental.
Como parte de su entrenamiento, muchas veces son privados del alimento.
Estar en cautiverio les produce estrés, esto los lleva a adquirir conductas repetitivas como el nadar en círculos, agitar su cabeza o hasta rechinar los dientes.
Los delfines llegan a vivir hasta 50 años, para un cetáceo en cautiverio significa años de tortura, de ahí que este 04 de julio, Día Mundial de los Delfines en Cautiverio, se genere conciencia sobre lo importante que resulta dejar de consumir este tipo de atractivos.
A la fecha en Costa Rica, Hungría, Chile, India, Suiza e Inglaterra ya se prohibió en su totalidad el nado con delfines. México debe urgentemente tomar medidas al respecto.