Dulce Gabriela está embarazada de su quinto hijo

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Cabo San Lucas.-Joven mamá había recibido ropa en buen estado, algunos libros para sus hijos, así como trastes y una despensa. Con cuatro hijos, Dulce Gabriela Cruz señala que se le ha dificultado poder comprar un terreno, la situación está difícil, pues su esposo no tiene trabajo fijo.Dulce Gabriela tiene días que se había sentido mal “siento a veces que me hormiguea el cuerpo, pero pues ya fui con la doctora y me dijo que estoy embarazada de mi quinto hijo; con el último me vi muy mal”.

Dulce comenta “Hace como dos años vivíamos en la ampliación de Caribe Bajo, donde está la invasión; la casa era de triplay, maderas y láminas de cartón, pero nos dijeron que ya no podíamos vivir ahí; no pagamos renta porque no nos alcanza para poder pagar una”.

“Tengo dos niñas, de seis y tres; y dos niños de siete y cinco años; y ahorita que me dijo la doctora que estoy esperando bebé, pero a veces por miedo e ignorancia no vamos al doctor para que me cuidara”.

Dulce puntualiza “Después de que ya no pudimos estar en ese terreno, pues estamos viviendo por lo pronto con mi suegra, pero también en su terreno vivimos apretados porque no es suficiente espacio para estar todos; estamos esperando que a mi esposo le confirmen un trabajo para poder ya hacernos de un terrenito”.

Desde hace cinco años llegaron de Acapulco, “Mi esposo Carlos no tiene trabajo seguro, por lo que eso dificulta que podamos hacernos de un terreno, pero sí haríamos un esfuerzo para poder pagarlo, que no fuera tan caro, pues necesitamos un terreno ya que será otro bebé”.

“Los más grandes los llevo a la escuela primaria y me quedo con los más chicos; estaba asustada pues no sabía que ya estaba embarazada, por eso me había sentido algo mal, pero pues ya descartamos que es; pero sí, estaba asustada porque mi abuelita murió de cáncer y le tengo pavor a eso”.

“Cuando estábamos en el terreno, me iba a conseguir agua pues no tenemos ni luz, pero me iba siempre con algún vecino para que me obsequiara agua, ahorita pues estamos juntos y entre todos nos cooperamos para pagar la pipa que tarda mucho en pasar por este lado de la colonia que le dicen Las Antenas”.

“A veces sólo hacemos una comida, pues no alcanza para darles los tres alimentos, arroz o frijoles que ponemos en el fogón y es difícil bañarnos todos los días, pues tenemos que comprar pipas de agua, pero nos urge que alguien nos apoye con un terreno y pagarlo poco a poco”.

Se despide no sin antes en insistir que ellos llegaron para tener mejores condiciones de vida, que en su pueblo escasea el trabajo y que tiene como mayor deseo obtener su terreno y poder construir lo que será su nuevo hogar.

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