La esperanza de vida en México cae al último lugar de la OCDE y evidencia fallas en salud pública nacional

Foto: Getty Images
El más reciente informe de la OCDE revela que en México la esperanza de vida promedio se ubica en apenas 75.5 años, cifra que está aproximadamente seis años por debajo del promedio de la organización (81.1 años) y sitúa al país en el último lugar del ranking de salud.
Esta realidad se combina con niveles alarmantes de obesidad, altos índices de glucosa en sangre y una cobertura de servicios sanitarios que aún presenta rezagos sustanciales.
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El informe “Panorama de la Salud 2025” de la OCDE muestra que México registra una esperanza de vida de 75.5 años, la más baja entre los 38 países evaluados, mientras que el promedio del organismo se sitúa en 81.1 años.
Asimismo, la mortalidad prevenible alcanzó 243 muertes por cada 100 000 habitantes (promedio OCDE: 145) y la mortalidad tratable se ubicó en 175 por cada 100 000 habitantes (promedio OCDE: 77).
Estos datos evidencian que la brecha de salud del país frente a otras naciones desarrolladas o de la OCDE no sólo es de años de vida, sino de calidad, prevención y atención.
Los factores estructurales de la baja esperanza de vida en México: obesidad, diabetes y servicios de salud
El informe señala que México es uno de los países con los niveles más altos de obesidad entre los adultos, junto a Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Aunque la prevalencia de diabetes ha registrado una caída (de aproximadamente 19 % a 14 % en el periodo 2012-2022) en el país, sigue siendo considerablemente alta y la glucemia elevada permanece como un factor de riesgo relevante.
En materia de servicios de salud, México presenta una cobertura básica para cerca del 78 % de la población, pero sólo el 56 % declara estar satisfecho con la calidad recibida.
Además, el gasto en salud como porcentaje del PIB es menor al promedio de la OCDE: México dedica alrededor del 5.9 % del PIB (u otros reportes indican incluso 2.8 %) frente al promedio de 9.3 %.
El número de médicos por cada mil habitantes es de 2.7, comparado con 3.9 en promedio de la OCDE; la infraestructura hospitalaria también es más limitada.
En síntesis: la combinación de enfermedades crónicas (obesidad, diabetes), baja inversión, deficiencias en prevención y servicios, y factores de riesgo ambiental (como contaminación) explican gran parte de la brecha en salud.
¿Qué implican estos datos para México?
Los resultados del informe mandan una señal de urgencia: el país no sólo vive menos años que la media de la OCDE, sino que esos años pueden estar acompañados de menor calidad de vida al enfrentar enfermedades, discapacidades o servicios deficientes.
El alto porcentaje de muertes que podrían evitarse si mejorara la prevención y el acceso, una cifra cercana a los indicadores más desfavorables del organismo, muestra que intervenir en salud pública podría generar no sólo beneficios humanos, sino también económicos y sociales.
Retos y líneas de acción para mejorar la esperanza de vida en México
Para revertir esta tendencia, México enfrenta al menos tres grandes rutas de acción:
- Fortalecer la prevención de enfermedades no transmisibles (obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares) mediante políticas multisectoriales (alimentación saludable, actividad física, etiquetado, impuestos a bebidas azucaradas) como lo sugiere la OCDE.
- Incrementar la inversión en salud y mejorar la cobertura y calidad de los servicios: más personal médico, mejor infraestructura, acceso equitativo en zonas rurales y urbano-marginales.
- Reducir los factores de riesgo ambientales y estructurales: la contaminación ambiental, el sedentarismo, la alimentación poco saludable y la desigualdad en atención deben abordarse para elevar tanto la esperanza como la calidad de vida a mediano plazo.
Un elemento clave en este análisis es el peso que la obesidad —y sus consecuencias como la diabetes— tiene sobre la pérdida de años de vida. De acuerdo con un reporte de la OCDE, México tiene una de las tasas más altas de obesidad en adultos, y ese sobrepeso reduce la esperanza de vida en promedio 4.2 años para la población analizada.
La carga económica es también significativa: el sobrepeso representa aproximadamente el 8.9 % del gasto en salud en México y afecta la productividad laboral.
Por tanto, reducir la obesidad y sus complicaciones no sólo aumentaría la esperanza de vida, sino que mejoraría la eficiencia del sistema de salud y del bienestar colectivo.
El último lugar de México en esperanza de vida dentro de la OCDE es un reflejo tangible de rezagos en salud, prevención e inversión.
Si bien las estadísticas son preocupantes, también ofrecen una hoja de ruta clara: reforzar la prevención de enfermedades crónicas, mejorar la infraestructura y cobertura sanitaria, y atacar los factores estructurales detrás de la obesidad y la diabetes. De ello dependerá que México no sólo viva más años, sino que viva mejor.
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