La falla de San Andrés, pese a lejanía, podría afectar Baja California Sur

Foto Gobierno de México
El reciente sismo de magnitud 5.2 y cuyo epicentro se dio en la población de Julián, California, Estados Unidos, pero que fue sentido en varias ciudades mexicanas del estado de Baja California el pasado lunes, avivó la preocupación de que si la llamada Falla de San Andrés podría afectar a algunas localidades de Baja California Sur.
Debido a que la dinámica tectónica del área podría verse influida por procesos similares en la región. Las autoridades y expertos geológicos han señalado que, aunque la falla de San Andrés se encuentra principalmente en el norte, su impacto indirecto podría incrementar el riesgo sísmico en parte del territorio de Baja California Sur.
La preocupación se centra en las zonas de la península donde se concentran estructuras geológicas sensibles; en estos sectores, la falla de San Andrés, por su interacción con otras fallas locales, podría desencadenar movimientos sísmicos de baja a moderada intensidad. Estudios recientes indican que la distribución y orientación de las fallas en la región hacen que algunas áreas sean más vulnerables a la propagación de ondas sísmicas, incrementando el peligro para la infraestructura y la seguridad ciudadana.
Las autoridades estatales han iniciado campañas de prevención y monitoreo, enfatizando la importancia de fortalecer las normas de construcción y la preparación ante desastres. La revisión de la infraestructura crítica se ha convertido en una prioridad, ya que se teme que la falla de San Andrés, en conjunto con otras formaciones tectónicas, pueda producir temblores que afecten sectores costeros y urbanos de Baja California Sur.
En paralelo, diversos centros de investigación han comenzado a coordinar esfuerzos para implementar sistemas de alerta temprana y realizar simulacros conjuntos. Dichas medidas se orientan a mitigar riesgos en caso de que la falla de San Andrés influya de forma directa en la actividad sísmica de la zona. Además, se enfatiza la necesidad de que la población esté informada sobre protocolos de emergencia y medidas de autoprotección.
El impacto potencial de la falla de San Andrés también ha impulsado diálogos entre autoridades locales y federales, con el objetivo de optimizar recursos y fortalecer las redes de comunicación en materia de protección civil. Expertos en geología han señalado que, aunque Baja California Sur no se encuentra sobre el trazado principal de la falla de San Andrés, la interacción con otras fallas regionales puede intensificar la sismicidad, afectando a comunidades ubicadas en zonas de alto riesgo.
Las zonas rurales y costeras han sido identificadas como las más vulnerables, debido a la debilidad estructural de edificaciones y a la menor capacidad de respuesta frente a eventos sísmicos. Por ello, el monitoreo constante de la falla de San Andrés y el estudio de sus efectos en la región se han vuelto elementos clave para establecer políticas de prevención y adaptación a posibles terremotos.