IMSS vs Afore: ¿Cuál pensión me corresponde dependiendo del inicio laboral?

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El futuro de las pensiones en México suele generar incertidumbre entre quienes recién comienzan a trabajar. Una fecha clave marca la diferencia entre dos generaciones de trabajadores: el 1 de julio de 1997. Desde ese día, el modelo de pensión tradicional del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cambió por completo.
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Hasta ese día, el IMSS otorgaba una pensión mensual garantizada a los trabajadores, siempre que cumplieran con ciertos requisitos, como haber cotizado al menos 500 semanas y haberse jubilado conforme a las edades establecidas por la ley. Bajo ese modelo —conocido como Régimen 73—, el gobierno era responsable de pagar una pensión basada en el salario del trabajador, con posibilidad de alcanzar hasta el 100% del último sueldo en algunos casos.
Pero ese esquema fue modificado con la entrada en vigor de la Ley del Seguro Social de 1997. A partir de entonces, quienes comenzaron a cotizar después de esa fecha ya no formarían parte del sistema de pensión tradicional. En su lugar, el modelo cambió por completo: el nuevo sistema se basaría en cuentas individuales de ahorro para el retiro administradas por instituciones financieras, conocidas como Afores.
Este nuevo modelo, llamado Régimen 97, dejó en manos de cada trabajador la responsabilidad de construir su pensión a través del ahorro. En vez de una promesa fija del Estado, el monto de la jubilación dependerá de cuánto haya acumulado cada persona durante su vida laboral.
Modalidades de Afore vs IMSS
El sistema Afore contempla tres modalidades de retiro: renta vitalicia (a través de aseguradoras), retiro programado (gestionado por la propia Afore) y pensión garantizada (otorgada por el Estado a quienes cumplen requisitos mínimos pero no tienen ahorro suficiente).
Actualmente, para acceder a una pensión bajo la Ley 97, se requieren al menos 825 semanas cotizadas y una edad mínima de 60 años, aunque estos requisitos irán aumentando hasta alcanzar las 1,000 semanas en el año 2031. El monto de la pensión dependerá del dinero acumulado, por lo que las aportaciones voluntarias pueden marcar una gran diferencia.
En resumen, si alguien comenzó a cotizar en el IMSS antes del 1 de julio de 1997, aún puede aspirar a la pensión tradicional del Régimen 73. Pero para quienes ingresaron al sistema después, la realidad es otra: ya no existe una pensión garantizada por el gobierno. La jubilación será el reflejo de lo que cada persona haya podido ahorrar.