Kenya Cuevas, activista que ofrece una nueva vida a mujeres trans
En febrero de 2020 la Casa Hogar “Paola Buenrostro” comenzó a albergar a mujeres trans. Se trata del primero de los tres refugios de la asociación Casa de las Muñecas Tiresias, dirigida por la activista Kenya Cuevas. Desde entonces y en conjunto estos albergues han ayudado a cerca de 500 personas, principalmente mujeres trans migrantes que vivían en situaciones vulnerables y de violencia.
Dos años después de la apertura de la Casa Hogar “Paola Buenrostro”, ubicada en la Ciudad de México, se inauguró la Casa Hogar “Catherinne Danielle Márquez”, en Cuernavaca. La última en abrir sus puertas fue la Casa Hogar “Kaory Catarero Regalado”, en el Estado de México.
Respecto al funcionamiento de los albergues, Kenya Cuevas explicó que trabajan con un sistema de cuatro etapas: ingreso, intermedio, avanzado y vida independiente. El objetivo es brindar un acompañamiento integral a la reinserción social, económica y laboral.
“Yo fui niña de la calle, tuve VIH desde los 13 años, ejercí el trabajo sexual muchísimos años (a partir de los 9 años), igual las drogas y también estuve en la cárcel. Entonces conozco los procesos que se viven, cómo se sufre, cómo se siente una persona y creo que gracias a esa experiencia hemos logrado aterrizar un proyecto con una metodología que realmente les esté aportando lo que van necesitando en cada una de las etapas”, comentó.
En los albergues ofrecen acompañamientos en salud, trámites de identidad, certificaciones de educación básica y vinculaciones laborales, entre otros servicios que tienen como propósito mejorar las condiciones de vida de las usuarias.
“Lo que hacemos es profesionalizarlas académicamente para que podamos garantizar áreas de oportunidad porque muchas veces pensamos que con darles un curso de estilismo o de costura es suficiente, pero no. Lo que queremos es que estudien, que aprendan a leer y escribir, que aprendan sus derechos humanos y que sepan que hay una gama de oportunidades cuando tú estás profesionalizada y que no nomás existe la única opción que históricamente hemos tenido como el trabajo sexual”, refirió.
Kenya Cuevas dijo que la principal recompensa de esta labor es ver la evolución de estas mujeres luego de pasar un tiempo en el albergue. Expresó que se alegra por los logros de cada una de las chicas.