Líbano rechaza la ayuda internacional
El presidente de Líbano, Michel Aoun, rechazó este viernes una investigación internacional sobre la gigantesca explosión en el puerto de Beirut y dijo que podría haber sido causada por la “negligencia” o por un “misil”, mientras continúa la búsqueda desesperada de supervivientes entre los escombros.
“Es posible que esto haya sido causado por la negligencia o por una acción exterior, con un misil o una bomba”, declaró Aoun el viernes a la prensa, y rechazó las peticiones para abrir una investigación internacional, pues equivaldría a “diluir la verdad”.
Es la primera vez que un dirigente libanés menciona una pista exterior, ya que hasta ahora las autoridades afirmaban que la explosión había sido provocada por un incendio en un enorme almacén que contenía nitrato de amonio, una sustancia química peligrosa.
Por su parte, el movimiento chiita libanés Hezbolá negó “categóricamente” el viernes tener un “almacén de armas” en el puerto de la ciudad, tras las acusaciones que han circulado en los medios de comunicación y en la opinión pública.
“Niego totalmente, categóricamente, que haya algo nuestro en el puerto, ni almacén de armas, ni almacén de misiles (…) ni una bomba, ni una bala, ni nitrato” de amonio, afirmó su líder en una alocución televisada.
La brutal deflagración, la más devastadora que ha vivido Líbano, alimentó la cólera de la población que en octubre de 2019 inició un gran movimiento de protesta contra los políticos, acusados de corrupción e incompetencia.
La indignación no hace más que crecer con un gobierno que se ha mostrado incapaz de justificar la presencia de 2.700 toneladas de nitrato de amonio en un almacén del puerto desde hace seis años y “sin medidas de prevención”, como lo confesó el propio primer ministro.
Cerca del epicentro de la deflagración, junto a los silos gigantes de cereales destruidos, los socorristas franceses, italianos, alemanes y de otras nacionalidades coordinaban sus esfuerzos.
El viernes por la mañana hallaron cuatro cuerpos.
“Cambio profundo”
Según el último balance, la explosión dejó al menos 154 muertos, más de 5.000 heridos, decenas de desaparecidos y a cientos de miles sin hogar en los barrios cercanos.
Una fuente judicial anunció el viernes cinco nuevos detenidos entre los funcionarios de los servicios de aduanas y del puerto, especialmente ingenieros. En total ya hay 21 personas detenidas.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que se desplazó el jueves a Beirut, reclamó una investigación internacional sobre la explosión y pidió a los dirigentes libaneses realizar “un cambio profundo”.
Michel Aoun consideró el viernes que era necesario revisar un sistema político “paralizado”.
Macron anunció la organización “en los próximos días” de una conferencia de ayuda humanitaria de emergencia para Líbano, país en pleno hundimiento económico desde hace meses.
La Comisión Europea confirmó el viernes su participación y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que viajaría el sábado a Beirut para mostrar la “solidaridad” de los europeos “conmocionados y entristecidos”.
Las familias de los desparecidos se dirigieron al puerto para intentar obtener noticias, mientras los equipos de la defensa civil libanesa trabajan con perros rastreadores en el lugar de la catástrofe, donde reina una tensa calma.
“Necesidades enormes”
En una capital con aires posapocalípticos y ante la incuria del gobierno, centenares de libaneses están movilizados, en un enorme ola de solidaridad, para proseguir las operaciones de retirada de escombros o ayudar a los que se han quedado sin techo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró su preocupación por la saturación de hospitales, la escasez de medicamentos y de equipos médicos, y reclama 15 millones de dólares.
“Las necesidades son enromes e inmediatas”, lamentó también UNICEF, que precisó que hasta 100.000 niños se han quedado sin hogar.
Varios países han enviado material médico y sanitario y hospitales de campaña. La Unión Europea ha desbloqueado 33 millones de euros (38 millones de dólares) de urgencia y el ejército estadounidense ha enviado tres cargamentos con agua, alimentos y medicamentos.
La Agencia de Ayuda Internacional de Estados Unidos (USAID) anunció el viernes el envío inmediato de 15 millones de dólares en comida y medicamentos, el equivalente a tres meses de alimentos para 50.000 personas y a tres meses de medicinas para 60.000 personas.
Mientras la rabia de la población no hace más que aumentar, las fuerzas de seguridad recurrieron el jueves por la noche a los gases lacrimógenos en el centro de la ciudad para dispersar a decenas de manifestantes iracundos por la incompetencia y la corrupción de las autoridades.
En las redes sociales, circulan llamamientos para convocar una manifestación contra el gobierno el sábado.
Las autoridades libanesas aseguran que el almacén explotó tras un incendio. Las autoridades del puerto, servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad sabían que había químicos peligrosos almacenados pero se echaron las culpas unos a otros.
Además del nitrato de amonio, el fiscal militar habló de la presencia de “materiales altamente inflamables de combustión lenta”, según un comunicado.
Decenas de personas están siendo interrogadas, indicó el viernes una fuente judicial a la AFP, que asegura que “altos cargos” podrían ser detenidos y habla de un reparto de responsabilidades.