Llega el “efecto Greta” a los supermercados

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Consumidores demandan cada vez más productos sostenibles

(Notimex).- La revolución verde alcanza a la industria de la distribución, y la mayor toma de conciencia sobre la crisis climática ha hecho que los consumidores sean cada vez más exigentes con tiendas y supermercados, a los que les reclaman estándares medioambientales elevados si quieren conservarlos como clientes.

Esa es una de las conclusiones del estudio “Cómo afecta la sostenibilidad a los hábitos de compra”, presentado la semana pasada en el Congreso de Desarrollo Sostenible de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc) y la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB).

El documento señala que la sostenibilidad es ya un factor decisivo a la hora de hacer las compras, porque el 44 por ciento de los consumidores encuestados afirma haber dejado de comprar los productos de aquellas marcas que no consideran sostenibles, poniendo el respeto por el medio ambiente como uno de los requisitos para elegir los productos.

La proporción sube entre los menores de 34 años, según el informe, poniendo de relieve que las generaciones jóvenes son las abanderadas de la lucha por el clima, cuyo máximo exponente es la activista adolescente sueca Greta Thunberg, por lo que el peso de la sostenibilidad en las decisiones de compra, aumentará en los próximos años, señalan Aecoc y FIAB.

El 80 por ciento de los consumidores cree que los temas relacionados con la sostenibilidad son relevantes, si bien la mitad considera no estar suficientemente informado. El 45 por ciento de los entrevistados exige que los establecimientos ofrezcan mayor información para identificar los artículos ambientalmente responsables.

El estudio detectó cuatro tendencias de consumo que, intuye, irán a más: el tránsito hacia una dieta con menos impacto ambiental, al reducir el consumo de carne, por ejemplo; la preferencia por productos de proximidad, que impactan sobre la economía local y reducen la huella de carbono al minimizar los trayectos de distribución; la preocupación por el desperdicio alimentario, y el rechazo creciente a los envases plásticos.

Sobre el desperdicio de alimentos, 46 por ciento de los encuestados asegura haber ajustado su canasta de compras para reducir desechos, aunque 50 por ciento lo hace por economía.

En cuanto a los plásticos, ocho de diez entrevistados aseguran haber reducido la compra de productos con embalajes de plástico, mientras que el 90 por ciento reclama a los fabricantes minimizar la presencia de este material.

Tanto la industria de la alimentación como las cadenas de distribución toman nota de este cambio de hábitos, y en las estanterías de tiendas y supermercados aumentan los productos “cero kilómetros”, ecológicos o de ganadería sostenible.

Hace tiempo que las bolsas de plásticos se cobran y ahora se utilizan materiales alternativos para empaquetar verduras y hortalizas, como las redes de cuerda; se envasa la carne con materiales reciclables o eliminan el poliexpan. Algunos establecimientos permiten el uso de recipientes caseros, aunque esta práctica no se ha extendido por temor a contaminaciones cruzadas.

“Todos tendremos una Greta (Thunberg) en casa que nos recordará que hay cosas en nuestro consumo que podríamos hacer mejor”, afirmó María Neira, directora de Salud Pública y Determinantes Ambientales de la Organización Mundial de la Salud, durante las jornadas de la Aecoc y FIAB, para concluir que “la revolución verde alcanzará todos los hábitos de la vida, también las compras”.

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