Marina advirtió riesgos operativos en el Tren Interoceánico antes del accidente en Oaxaca

La operación del Tren Interoceánico ya enfrentaba advertencias formales sobre riesgos y limitaciones estructurales antes del reciente accidente en Oaxaca, de acuerdo con documentos oficiales de planeación elaborados por el propio organismo responsable del proyecto, sectorizado a la Secretaría de Marina. El señalamiento cobra relevancia pública al evidenciar que los desafíos de seguridad y mantenimiento estaban plenamente identificados desde la fase estratégica.

El Programa Institucional del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec 2025-2030 reconoció que la infraestructura ferroviaria requería mecanismos formales de gestión de riesgos para garantizar la continuidad del servicio. El documento subraya que la adopción de estos sistemas no es un componente accesorio, sino una condición indispensable para operar bajo estándares internacionales de seguridad, confiabilidad y sostenibilidad.

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Dentro del diagnóstico técnico, el programa advierte que el desarrollo de la infraestructura debía ir acompañado de planes integrales de mantenimiento preventivo y estrategias claras para enfrentar contingencias. Fenómenos climáticos extremos, fallas operativas o interrupciones del servicio fueron identificados como escenarios previsibles que exigían preparación y capacidad de respuesta estructurada.

La supervisión técnica permanente aparece como uno de los ejes centrales para asegurar la circulación segura de los trenes. El texto establece la necesidad de vigilar de forma regular el cumplimiento de los estándares de mantenimiento de la infraestructura ferroviaria, una tarea considerada clave para evitar riesgos en la operación tanto de trenes de carga como de pasajeros.

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La gestión de riesgos, el mantenimiento y la resiliencia fueron identificados como desafíos prioritarios en la planeación de largo plazo del Corredor Interoceánico, un proyecto iniciado en el sexenio pasado y considerado estratégico para el desarrollo logístico del país. El propio programa reconoce que estos factores no estaban plenamente resueltos al momento de proyectar la puesta en marcha del sistema.

El diagnóstico inicial incluido en el documento detalla que, antes del proceso de rehabilitación, las vías del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec se encontraban inactivas para el transporte regular. El deterioro acumulado y la obsolescencia de la infraestructura impedían su funcionalidad operativa, tanto para el traslado de carga como de pasajeros.

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De acuerdo con la caracterización técnica realizada en 2019, las condiciones de las vías no permitían la operación regular del sistema ferroviario. Esta situación fue documentada como parte de la línea base que justificó la inversión en rehabilitación y modernización del corredor, con el objetivo de reactivar un sistema considerado estratégico para la conectividad del sur del país.

El programa señala que las obras emprendidas buscaban precisamente revertir estas deficiencias mediante la mejora integral de los servicios ferroviarios. Sin embargo, la existencia de advertencias explícitas sobre riesgos operativos y la necesidad de mantenimiento constante abre cuestionamientos sobre la implementación efectiva de estas recomendaciones y la capacidad del sistema para operar bajo condiciones seguras.

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