Visitar museos y zonas arqueológicas en México será más caro por nuevos impuestos aprobados para 2026

Visitar los principales museos y zonas arqueológicas de México será un lujo mayor a partir de 2026. La Cámara de Diputados aprobó el pasado 15 de octubre una reforma a la Ley Federal de Derechos que incrementará los impuestos aplicados a sitios bajo resguardo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), lo que se traducirá en un aumento generalizado en los precios de acceso para nacionales y extranjeros. El cambio, impulsado por Morena, forma parte del paquete fiscal 2026 y busca elevar la recaudación a través del turismo cultural, pero sus efectos recaerán directamente sobre los visitantes.
De acuerdo con la reforma, recintos emblemáticos como Teotihuacán, el Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec, Tulúm y Monte Albán pasarán a integrar la Categoría I, con un nuevo precio de 209 pesos por entrada general, mientras que los visitantes mexicanos pagarán 104 pesos gracias al descuento del 50%. Aunque la medida mantiene beneficios para nacionales, el incremento representa un alza considerable respecto a los precios actuales, que oscilan entre los 85 y 90 pesos.
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La clasificación también afectará a otros espacios de valor histórico y artístico. En la Categoría II, sitios como Malinalco, La Quemada, Tehuacán Viejo o el Museo de la Cultura Huasteca tendrán un costo de 156 pesos, y en la Categoría III, que incluye el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, el Virreinal de Acolman y el Fuerte de Guadalupe, los accesos subirán a 143 pesos. El nuevo esquema pretende “modernizar” la estructura de cobro del INAH, aunque expertos en gestión cultural advierten que el impacto en la afluencia turística podría ser significativo.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público justificó la medida bajo el argumento de fortalecer los ingresos del Estado y garantizar el mantenimiento de los espacios patrimoniales. Sin embargo, diversos especialistas señalan que el incremento no necesariamente garantiza una mejor gestión cultural, pues gran parte de los ingresos recaudados se concentran en la federación y no en los propios recintos. “La cultura no debería ser un lujo fiscal, sino un derecho accesible”, han expresado académicos del sector.
El aumento en los impuestos no se limita al ámbito cultural. La misma reforma contempla ajustes en tarifas relacionadas con trámites migratorios, como los permisos de salida del país para menores de edad, así como incrementos en las cuotas aplicadas a cruceros y turistas internacionales. En conjunto, estas medidas apuntan a una política de recaudación más agresiva en rubros donde México ha mostrado fuerte dinamismo económico en los últimos años.
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Los nuevos impuestos también afectarán productos de consumo como cigarros, bebidas azucaradas y artículos con nicotina, que aumentarán su carga impositiva a partir de enero de 2026. Con ello, el gobierno federal busca equilibrar el gasto público y fortalecer los ingresos tributarios sin aumentar el IVA o el ISR, aunque el impacto se sentirá directamente en el costo de vida y el consumo cultural de los ciudadanos.
En estados turísticos como Quintana Roo, Oaxaca y Ciudad de México, donde la oferta cultural es uno de los principales motores de ingresos, los administradores de museos ya prevén ajustes en su operación y promoción. El INAH deberá actualizar sus plataformas de venta de boletos y su sistema de control de visitantes, lo que anticipa una temporada de transición administrativa durante 2025 antes de la entrada en vigor del nuevo esquema.
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