Sheinbaum, Ebrard y De la Fuente, con estampitas ante la pandemia Donald Trump

El regreso de Donald Trump al escenario internacional como presidente electo de Estados Unidos ha golpeado con fuerza a México
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Donald Trump

El regreso de Donald Trump al escenario internacional como presidente electo de Estados Unidos ha golpeado con fuerza a México, que se encuentra en un estado de desconcierto total.

La administración de Claudia Sheinbaum parece estar atrapada en una tormenta sin rumbo, una crisis que recuerda la devastación que representó la pandemia de COVID-19 para el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

En aquella ocasión, la parálisis de su gobierno, la improvisación y la falta de respuestas oportunas dejaron al país con una gestión caótica de la crisis sanitaria.

Ahora, la historia se repite con otro fenómeno de proporciones colosales: el huracán Donald Trump, un evento que se veía venir desde hace meses y para el cual México no se preparó.

El gobierno mexicano luce desarticulado, achicado y sorprendido ante las primeras señales de lo que será la política de Trump hacia el país.

A pesar de que la administración insiste en que cuenta con un plan A, B y C para enfrentar las embestidas del republicano, la realidad es que ninguna de esas estrategias parece tener coherencia.

No hay pies ni cabeza en su respuesta, y la falta de liderazgo se hace evidente. Mientras Sheinbaum y su equipo titubean, Trump avanza con medidas que van desde la reinstalación de aranceles hasta amenazas de expulsión masiva de migrantes y restricciones comerciales.

El sector empresarial mexicano está completamente al descubierto, sin respaldo de un gobierno que ni tiene la capacidad ni la actitud para reaccionar ante el desafío.

La pasividad de la Cancillería, encabezada por Juan Ramón de la Fuente, junto con la inacción de Marcelo Ebrard en sus gestiones económicas, refuerzan la imagen de un país que no tiene cómo defenderse.

La incertidumbre se apodera de los inversionistas y las cámaras empresariales, que ven cómo sus negocios pueden ser golpeados sin una barrera de protección.

Más grave aún es la ausencia de una respuesta coordinada con Canadá.

Resulta incomprensible que, en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), los dos países afectados por las políticas de Trump no sean capaces de articular una estrategia conjunta.

Mientras el gobierno de Justin Trudeau reacciona con firmeza y prepara medidas para contrarrestar las presiones de Washington, la administración mexicana se muestra errática y acomplejada, sin voluntad real de enfrentarse al problema.

El huracán Trump ya está aquí y, tal como ocurrió con la pandemia, la falta de previsión ha dejado al gobierno de México sin herramientas para hacerle frente.

La diferencia es que, esta vez, la crisis no se mide en términos sanitarios, sino en el impacto económico, diplomático y político que puede desestabilizar a la administración de Sheinbaum desde sus primeros meses.

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