Sustitución de pescado daña al ecosistema marino de BCS: Oceana
México carece de los mecanismos adecuados para identificar el origen y la ruta del pescado que se consume, según indicó la organización Oceana. Esta asociación, dedicada a la protección de los océanos, reveló que casi la mitad de los restaurantes en Baja California Sur practican la sustitución de pescados, hallazgos que se presentaron en el estudio “Gato X Liebre, Engaño en las mesas, peligro en los mares “.
De acuerdo con Oceana, muchas de las especies de pescado vendidas u ofrecidas en el estado no corresponden a las indicadas por los comerciantes, representando un riesgo tanto para los consumidores como para los sectores pesqueros y medioambientales.
Estas prácticas están vinculadas con la pesca y venta ilegal de especies marinas, según señaló Mariana Aziz Pico, directora de Campañas en Transparencia en Oceana en México.
“El problema no radica en que la comercialización de estas especies esté prohibida; de hecho, ninguna de estas especies figura en la norma 059 que prohíbe su venta. Sin embargo, al ser comercializadas con otros nombres, no podemos gestionarlas adecuadamente en términos de su estado de vulnerabilidad. Además, al no conocer qué se está pescando, cómo, cuándo y con qué nombre, no podemos garantizar el cumplimiento de los programas de manejo, las normas de conservación, periodos de veda, tallas mínimas y zonas de no pesca”, detalló.
Es importante destacar que Baja California Sur alberga una rica diversidad de ecosistemas marinos a nivel mundial, incluyendo los tropicales y templados. De estas regiones derivan especies de gran valor social, comercial y nutricional, según subrayó Aziz Pico. Sin embargo, la sustitución, la falta de mecanismos y regulación de esta práctica también afecta la remuneración justa a los pescadores.
El estado cuenta con diversas áreas marinas protegidas que prohíben la pesca en zonas núcleo y refugios pesqueros donde las comunidades pesqueras han decidido prohibir la pesca.
En relación a esto, Aziz Pico indicó que los impactos negativos en la biodiversidad marina y el equilibrio de los ecosistemas resultan de la pesca ilegal y no regulada, afectando de manera irreversible al ecosistema.
“Consumir especies en peligro sin saberlo también afecta el medio ambiente marino. Puede ser que estemos consumiendo especies capturadas en zonas núcleo de áreas marinas protegidas. ¿Cómo podemos estar seguros de que no está sucediendo si no tenemos la información adecuada?”, señaló.
La sustitución de especies facilita la pesca ilegal y su entrada a los mercados legales. En México, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA) reconoce que estas prácticas no declaradas y no reglamentadas pueden superar el 40% de la captura nacional.
En este contexto, Oceana ha colaborado en iniciativas científicas en México para examinar, analizar y detectar la sustitución de pescados en el país, con el propósito de proponer legislación a favor de la protección y el consumo sostenible de especies marinas.
Por lo tanto, la organización exige la aprobación de una Norma Oficial de Trazabilidad, que permitiría conocer detalladamente el recorrido “desde el mar hasta el plato en la mesa”.
GC