Diferencias entre temperatura y sensación térmica

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En países con climas cambiantes como México, conocer la diferencia entre temperatura y sensación térmica puede ser fundamental para comprender mejor lo que experimenta el cuerpo ante las condiciones meteorológicas.
La temperatura es una medida física y objetiva, registrada mediante instrumentos como termómetros. Se obtiene a la sombra y a una altura de 1.5 metros del suelo, siendo el valor que se reporta en los pronósticos del clima. Representa el nivel de calor o frío real en el ambiente.
En contraste, la sensación térmica se refiere a la percepción subjetiva que tiene el cuerpo humano del calor o frío, y no siempre coincide con la temperatura que marcan los instrumentos. Esta percepción se ve influida por factores como la humedad, el viento o la exposición directa al sol.
Aunque ambas se expresan en grados centígrados, la temperatura es constante para un mismo lugar y momento, mientras que la sensación térmica puede variar según el entorno físico inmediato de una persona y su interacción con el clima.
Un ejemplo frecuente ocurre en días de lluvia: después de que cae el agua, suele registrarse una mayor sensación térmica de calor. Esto se debe a la evaporación del agua en la superficie, lo que incrementa la humedad y potencia el efecto del calor sobre el cuerpo humano.
Es común que el termómetro indique una temperatura de 15 grados centígrados, pero si hay viento o humedad elevada, el cuerpo puede sentir un frío o calor distinto al valor registrado. Ese contraste es lo que define la sensación térmica.
Esta diferencia tiene implicaciones prácticas en el día a día. Por ejemplo, la sensación térmica elevada puede representar un mayor riesgo de golpe de calor aunque la temperatura no sea extrema, y una sensación térmica baja puede aumentar la posibilidad de hipotermia aún en climas templados.
Entender la diferencia entre temperatura y sensación térmica ayuda a tomar decisiones informadas respecto a la vestimenta, actividades al aire libre o cuidados ante fenómenos como olas de calor o frentes fríos.
Finalmente, aunque la sensación térmica no se mide directamente, se calcula con fórmulas meteorológicas que integran variables como la humedad relativa, la velocidad del viento y la radiación solar. Por eso, conocer ambos valores permite tener una mejor idea de cómo se sentirá realmente el ambiente.