Poderosa tormenta impacta el sur de California dejando inundaciones y deslaves

El sur de California enfrenta un escenario meteorológico crítico este fin de semana, marcado por lluvias intensas que elevan el riesgo de inundaciones repentinas, deslaves y flujos de escombros, especialmente en las zonas recientemente afectadas por incendios forestales. Este ángulo central —la vulnerabilidad extrema del terreno quemado— ha llevado a las autoridades a activar múltiples alertas y pedir a la población que se prepare para evacuaciones inmediatas si fuera necesario.
La magnitud de la tormenta se explica por la llegada de un río atmosférico, una corriente de humedad procedente del Pacífico que potencia las lluvias asociadas al sistema frontal. Aunque los vientos se han moderado conforme el temporal avanzó hacia el sur, la humedad adicional ha intensificado el riesgo de precipitaciones torrenciales, posicionando a gran parte del área de Los Ángeles bajo riesgo nivel 3 de 4, según el Centro de Predicción Meteorológica.
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El impacto ya comenzó a sentirse desde la noche del jueves, cuando la primera oleada de lluvia generó inundaciones y un deslizamiento de tierra en tramos de la autopista 101, al sur del condado de Santa Bárbara. Esta fase inicial disminuiría durante la tarde del viernes, pero no significa alivio duradero: una segunda oleada, más fuerte y persistente, llegará entre la noche del viernes y el sábado, capaz de descargar hasta 25 mm de lluvia por hora sobre suelos ya saturados.
La saturación del terreno es un factor clave que agrava el panorama. Cuando la tierra no puede absorber más agua, cualquier lluvia adicional provoca escurrimientos rápidos que alimentan inundaciones y deslaves. Las áreas arrasadas por los incendios de Palisades, Hurst y Sunset se encuentran entre las más vulnerables debido a la pérdida de vegetación y la formación de una capa impermeable bajo la superficie, consecuencia del calor extremo de los incendios.
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Ante este riesgo, el Servicio Meteorológico Nacional emitió una advertencia contundente a la población local, instando especialmente a quienes viven cerca de zonas quemadas a prepararse para evacuaciones. Las autoridades también han puesto a disposición sacos de arena y puntos de acopio de arena gratuita para que los residentes protejan viviendas y negocios ante la posible entrada de agua.
Además de la lluvia intensa, el sistema podría detonar tormentas eléctricas severas entre la noche del viernes y el sábado. Estas células convectivas podrían traer ráfagas de viento dañinas, caída de granizo e incluso la posibilidad de un tornado breve, complicando aún más las labores de emergencia y el tránsito en carreteras.
San Francisco experimentó de manera temprana la fuerza del sistema el jueves, con casi 40 mm de lluvia —equivalente al 75 % de su lluvia promedio de noviembre— y ráfagas de viento superiores a 80 km/h. En las zonas montañosas del norte y centro del estado, los vientos alcanzaron entre 95 y 130 km/h, confirmando la potencia del frente que ahora amenaza al sur.
Aunque las lluvias más fuertes comenzarán a disminuir la noche del sábado, las autoridades advierten que el peligro no cesará de inmediato. Los chubascos continuarán hasta el domingo y, con el suelo saturado, cualquier precipitación adicional podría detonar nuevas inundaciones menores, encharcamientos prolongados y caminos resbaladizos en áreas con drenaje lento.
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