Trump ve cercano un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania tras reunión clave con Zelenski

La posibilidad de que 2026 marque un punto de inflexión en la guerra entre Rusia y Ucrania cobró fuerza este fin de semana, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmara haber logrado “mucho progreso” en conversaciones directas con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski. El encuentro, realizado en Mar-a-Lago, reactivó expectativas internacionales sobre un eventual acuerdo de paz, aunque sin un calendario definido.

El diálogo entre ambos líderes se desarrolló en un tono cordial y abierto, con una agenda centrada en los elementos estructurales de un posible marco de paz. Trump reconoció avances sustanciales, pero advirtió que aún podrían pasar varias semanas antes de alcanzar un entendimiento formal, subrayando que el conflicto iniciado con la invasión rusa en 2022 sigue enfrentando obstáculos de fondo.

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Zelenski sostuvo que existe un alto nivel de coincidencia en aspectos clave del acuerdo, particularmente en materia de garantías de seguridad y dimensión militar. El mandatario ucraniano aseguró que hay consenso total en los compromisos bilaterales con Estados Unidos y avances significativos en la articulación de garantías conjuntas entre Washington, Europa y Kiev, mientras que un plan de prosperidad económica continúa en proceso de ajuste.

El principal punto de fricción sigue siendo el futuro del Donbás, región del este de Ucrania parcialmente ocupada por fuerzas rusas. Trump reconoció que el tema territorial permanece sin resolverse, aunque afirmó que las posiciones se han acercado. La disputa por estas zonas es uno de los núcleos más sensibles del conflicto y ha bloqueado acuerdos previos de alto al fuego.

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El encuentro no se limitó a un diálogo bilateral. Tras el almuerzo en Mar-a-Lago, Trump y Zelenski sostuvieron una llamada conjunta con líderes europeos, entre ellos el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Keir Starmer; y el canciller alemán, Friedrich Merz. El objetivo fue informar sobre los avances y coordinar posturas frente a una eventual arquitectura de seguridad para Ucrania.

Trump adelantó que Europa asumiría gran parte de las garantías de seguridad, con respaldo activo de Estados Unidos. También expresó su disposición a dialogar con el parlamento ucraniano y planteó la posibilidad de una reunión trilateral con Zelenski y el presidente ruso, Vladímir Putin, al considerar que ese encuentro podría darse “en el momento oportuno” para sellar un acuerdo.

El contexto de las negociaciones sigue marcado por la presión militar rusa. Apenas un día antes de la reunión, Moscú lanzó un ataque aéreo masivo contra Kiev y su infraestructura energética, lo que dejó víctimas mortales y a cientos de miles de personas sin calefacción. Ucrania interpretó estos ataques como parte de una estrategia de desgaste, mientras Rusia mantiene su rechazo a un alto el fuego sin un acuerdo previo.

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Desde Moscú, el Kremlin reiteró sus exigencias, que incluyen la cesión de territorios, límites al tamaño del ejército ucraniano, garantías contra la expansión de la OTAN y claridad sobre sanciones y activos congelados. Kiev, por su parte, insiste en garantías de seguridad vinculantes y mantiene su negativa a ceder territorio, aunque ha mostrado apertura a esquemas como zonas desmilitarizadas bajo condiciones estrictas.

La reunión en Mar-a-Lago se produce tras meses de negociaciones indirectas encabezadas por enviados estadounidenses y en un momento en que Trump busca resultados tangibles antes de convocar, en enero, una nueva ronda de conversaciones en Washington con Zelenski y líderes europeos. Aunque el acuerdo aún no está cerrado, el diálogo directo entre los principales actores reactivó la expectativa de que el conflicto más mortífero de Europa desde la Segunda Guerra Mundial pueda encaminarse, por primera vez en años, hacia una salida política.

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