Venta de teléfonos robados opera frente a Guardia Nacional venezolana
Caracas, 28 Jul (Notimex).- El mercado negro de teléfonos inteligentes y otros objetos robados opera frente a las mismas oficinas de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el municipio de Petare, en el este de Caracas, denunció un ex jefe policial venezolano.
“Son teléfonos provenientes de atracos a mano armada, los cuales fueron sustraídos a sus propietarios por bandas juveniles organizadas”, precisó Rafael Jiménez, exjefe de la Brigada contra Robos de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ).
En entrevista con Notimex, Jiménez indicó que estos teléfonos, producto de acciones delictivas, se exhiben en las aceras del sitio conocido como el “Gran Muro” y son ofrecidos en venta a los transeúntes que a diario pasan por el lugar.
“Los aguantadores (vendedores) se sitúan a lo largo de la avenida y colocan a la vista del público montañas de teléfonos de todas las marcas y modelos, algunos hasta salpicados de sangre proveniente quizá del forcejeo que tuvo la víctima con su victimario”, afirmó.
Jiménez señaló que el sitio se hizo muy popular en Caracas por las personas que fueron despojadas de sus teléfonos, ya que las mismas prefieren dirigirse al “Gran Muro”, para ver si localizan el aparato robado, que denunciar el hecho a la policía.
“Paradójicamente este mercado negro opera frente al comando de la Guardia Nacional Bolivariana (cuya misión es el mantenimiento del orden interno del país), cuyos integrantes ni por equivocación se acercan a este sitio a indagar sobre las actividades ilícitas de estos vendedores de objetos robados”, destacó.
En Venezuela el robo de celulares se incrementó en los últimos años y, según cifras proporcionadas por las autoridades policiales, solo en Caracas son robados mensualmente más de 200 aparatos, aunque la cifra podría ser mayor, ya que muchas víctimas optan por no denunciar.
Notimex visitó el “Gran Muro” y conversó con Dalila, una joven que se encontraba buscando su teléfono inteligente que un par de jóvenes le robó bajo amenaza de muerte cuando se dirigía a su trabajo en una camioneta de pasajeros.
“Qué angustia, he visitado todos los puestos y no lo consigo. Los aguantadores me dicen que tenga paciencia que en cualquier momento mi teléfono cae por allí. Es un aparato costoso y estoy dispuesta a pagar por él lo que me pidan, siempre que esté en perfecto estado”, explicó.
Juan González, quien también hurgaba entre los aparatos para ver si encontraba el suyo, dijo que los aguantadores desvalijan los celulares robados antes de venderlos, por lo que si se consigue el cascarón hay que llevarlo al distribuidor para que reponga sus componentes.
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