¡Adiós Prisca!… adiós nuestra primera Senadora de la República
Hugo Payén Izábal
Fue para nosotros, su familia, una gran mujer, podría parecer una irreverencia el título, ¡que igualado! Pero para papá, mamá y nosotros, fue siempre así: Prisca, nuestra querida Prisca, primera Senadora de la República, oriunda de Santa Rosalía, nació en una cueva, (que aún existe) su madre, Concepción Sánchez Mejía, fue llevada ahí por su padre Felipe Melgar Torres, para resguardarla de un vendaval en aquella “ciudad de madera” que fue Santa Rosalía BCS, un 18 de enero de 1932; su escuela elemental fue ahí, después estudió en La Paz, BENU Domingo Carballo, donde se graduó en 1953. En Cachanía se acabó “El Boleo” ¡y la escuela!. La gente fue “al norte” y ella a La Paz. En 1955 se casa con mi primo Samuel Tuchmann Payén, procrean a Saul, Daniel, Benjamín y Samuel, nacidos en La Paz.
En 1958 ingresa de nueva a la BENU y se gradúa maestra de Preescolar en CDMX, después, en “Formación de Educadoras”, dirige el Instituto de Protección a la Infancia del territorio de BCS; fue subdirectora de Educación Preescolar en la BENU (Benemérita Escuela Normal Urbana), pionera en ese campo en el entonces territorio, luchadora social, gran humanista: “una de las profesiones (Docencia) que da satisfacciones, ¡pero muchas eh!” Decía Prisca) ¡una vive a través de los logros de sus alumnos! ¡De sus logros!… ¡es una cosa preciosa!.
En 1981 fue la primera senadora de la República al suplir a Alberto Andrés Alvarado Arámburo, (de quien era suplente) a mitad de su período, una anécdota que la pinta de cuerpo entero, que ella nos platica, es cuando el jefazo del senado la cita, la tiene esperando horas en antesala y le dice (ella) a la secretaria: “Señorita, me voy a ir, el Senador está muy ocupado ¡y yo tengo otras cosas que hacer!”…le avisan al semi Tlatoani, éste le llama y le dice ya en privado: maestra, sépase que usted se sacó la lotería al venir a ocupar este puesto… a bote pronto le responde nuestra Prisca: “fíjese usted, que jugamos el mismo número, estuvimos en la misma campaña, ¡usted, también se la sacó! (“ni estaba haciendo nada”, nos dijo Prisca, ¡pero me hizo esperar!). Esto pinta de cuerpo entero a esta gran mujer que ES Prisca (su legado, aquí está). “Se quedó muy enchilado”, nos dijo ella.
Un compañero que entró después, le comentó al día siguiente, lacónico: ¡”me lo dejaste entorilado”!…. Valiente, nunca se arredró, demostró valor, llegó a ser Vicepresidente de la Ccámara de Senadores en la gran capital: allá en casa de mi tía Sarita (Payén) y tío Salo (Tuchmann Silver) padres de Sam, su esposo, se vio su foto con la leyenda: “Senadora de la República”.
Fundó el patronato de la “Casa del discapacitado por enfermedad mental”, precursora del hospital psiquiátrico en Chametla, jamás abandonó su gran vocación magisterial… ni la ética y sus valores que nos legó: una vez, el Profe Marcelo Rubio le pidió “hablar brevemente del PRI” y les dijo: “me van a perdonar, en las escuelas no se habla de partidos, vayamos a mi casa y allá sí platicamos”… los alumnos después, empezaron a poner mi nombre con las primeras letras grandototas: ¡PRIsca! malvados muchachos, ¡me hicieron reír mucho!.
La Escuela Normal Superior la nombró “Forjadora de Generaciones” por sus 35 años de servicio. Cuando a mi padre, Profesor Francisco Payén Sandoval, se le distinguió así igualmente, él recordó a esa gran mujer, “A lo cortito” con mis hermanos, ¡con gran cariño!.
La X Legislatura de BCS le otorgó la medalla “Dionicia Villarino”; la Sociedad de Mujeres Profesionistas y de Negocios la reconoció también por ¡40 años! de servir a nuestra patria chica!.
Colofón
Ojalá vayan surgiendo “otras Priscas” en nuestra patria chica, con ese temple, esos valores ¡irrenunciables que tanta falta hacen en estos tiempos!
Descanse en paz Prisca
Hasta pronto paisanos.