Agoniza el Río Amazonas por sequía histórica

El río Amazonas enfrenta su sequía más severa en medio siglo, una crisis que amenaza la biodiversidad de esta emblemática región
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El río Amazonas, la arteria fluvial más importante de América del Sur, enfrenta su sequía más severa en medio siglo, una crisis que afecta profundamente a las comunidades ribereñas y amenaza la biodiversidad de esta emblemática región.

El nivel del agua en varios tramos del río ha alcanzado mínimos históricos, dificultando el transporte fluvial, esencial para el comercio y la movilidad, y comprometiendo el suministro de agua potable para millones de personas.

La cuenca del Amazonas, conocida como “el pulmón del planeta”, alberga cerca del 10% de las especies conocidas en el mundo y desempeña un papel clave en la regulación del clima global.

Sin embargo, el impacto del cambio climático y las actividades humanas han intensificado las sequías en la región.

Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), las lluvias en 2024 disminuyeron un 40% en comparación con el promedio histórico, debido a la influencia del fenómeno de El Niño y la deforestación descontrolada.

“Estamos enfrentando una crisis sin precedentes. Muchas comunidades dependen del río no solo para desplazarse, sino también para obtener agua potable y alimentos. La situación es alarmante”, declaró Jorge Herrera, portavoz de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

Herrera también advirtió sobre las dificultades logísticas para llevar ayuda humanitaria a las zonas más aisladas debido al bajo caudal.

En Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas, el gobierno declaró estado de emergencia tras reportar que cerca del 60% de los hogares urbanos enfrentan problemas de acceso a agua potable. La gobernadora Wilson Lima expresó: “No solo estamos perdiendo un recurso natural vital, sino que también estamos enfrentando una crisis humanitaria. Las familias necesitan soluciones inmediatas”.

A nivel regional, autoridades de Perú, Colombia y Bolivia han manifestado preocupaciones similares.

El Amazonas, que con sus 6,992 kilómetros es el río más largo y caudaloso del mundo, sostiene la vida de más de 30 millones de personas, incluidos 400 grupos indígenas. Además, la cuenca amazónica almacena un tercio del agua dulce del planeta y alberga especies icónicas como el delfín rosado, el jaguar y la anaconda.

La sequía amenaza no solo estas especies, sino también los ecosistemas acuáticos interdependientes.

Organismos internacionales, como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), han llamado a una acción urgente para mitigar los efectos de la sequía y proteger la región amazónica. “Este es un recordatorio de la vulnerabilidad de los ecosistemas frente al cambio climático. Proteger el Amazonas debe ser una prioridad global”, declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

En las últimas semanas, diversas iniciativas comunitarias han surgido en defensa del río y sus habitantes. Las organizaciones locales hacen un llamado a los gobiernos para implementar medidas que combatan la deforestación y promuevan prácticas sostenibles.

Mientras tanto, la región amazónica enfrenta un futuro incierto, con un río que, aunque vasto y majestuoso, lucha por sobrevivir en medio de una crisis climática global.

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