Agricultores de Brasil por “revolución logística” para alimentar al mundo

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Canarana, Mato Grosso, Brasil, 31 Mar (Notimex).- Con infraestructuras deficientes, los agricultores del mayor estado productor de grano y carne bovina de Brasil promueven una “revolución logística” para competir con Estados Unidos y erigirse en el “granero” que alimente al planeta.

Todo ello a pesar de las críticas de diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y asociaciones indígenas.

La industria agropecuaria en Mato Grosso genera en torno de 50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de este estado que produce por sí solo 26.5 millones de toneladas de maíz y 31 millones de toneladas de soja, lo que representa el tres y el nueve por ciento de la producción a escala mundial.

Sin embargo, una red deficiente de infraestructuras –con apenas dos carreteras que cortan de sur a norte las áreas de producción- ponen en riesgo los planes de expansión de esta próspera región agrícola del centro de Brasil.

“El gran problema que tienen los productores es la inadecuación de carreteras, lo que eleva el costo de transporte y eso reduce la rentabilidad”, dijo a Notimex el director ejecutivo del Movimiento Pró-Logística, Edeon Vaz Ferreira.

Vaz Ferreira defiende transformaciones radicales en la red de transporte de mercancías para favorecer la exportación de productos agrícolas.

Los productores planean duplicar a 2025 la producción de maíz y soja hasta los 40 y 47 millones de toneladas, respectivamente, con el objetivo de llegar a nuevos mercados mundiales, ante una demanda creciente por granos forrajeros ante el aumento de la población mundial.

“Las grandes obras de infraestructura en Brasil fueron hechas en los gobiernos militares (1964-1985). Después, pasaron 33 años sin hacer casi nada”, señaló Vaz, durante la charla.

“Fue en 2008 que todo eso comenzó a desbloquearse. Hoy ya hay una conciencia de que hacer infraestructura es igual a desarrollo económico”, añadió.

Un viaje durante varios días por la carreteras del nordeste de Mato Grosso, la región con mayor potencial de crecimiento agrícola, reafirma esa carencia: miles de camiones circulan cada día por carreteras principales de apenas un carril por sentido que, en ocasiones, ni siquiera están asfaltadas.

Al situarse en zona amazónica o de transición a la mayor selva del planeta, las intensas lluvias entre octubre y abril dificultan el transporte de la cosecha, ya que muchas carreteras quedan impracticables.

Como la BR-163, que enlaza el corazón granero de Mato Grosso a los puertos de los afluyentes del río Amazonas y donde hace dos semanas miles de camiones quedaron atascados en el barro.

Ahora la región planea una serie de infraestructuras –hidrovías, líneas de tren, ampliación de carreteras- como “posicionamiento estratégico” para poder exportar una producción agrícola que este año alcanzará una cosecha récord.

“Eso beneficia a todos, no solo a la agricultura. ¿Cuánto mineral tenemos en Brasil que no son explotados por falta de ferrovía o hidrovía? El gran limitador está en la cuestión socio-ambiental, en el medioambiente y las áreas indígenas”, apuntó Vaz.

“Cualquier obra que haya que hacer siempre va a pasar cerca de una reserva indígena, y hemos tenido mucha dificultad en Brasil por eso, lo que ha ahuyentado a muchos inversores internacionales”, abundó.

Destacó que “eso en China o en otros países es mucho más fácil. No hay que despreciar el tema de medio ambiente, pero tiene que ser agilizado”.

Asociaciones no gubernamentales defensoras del medio ambiente y los diversos grupos indígenas brasileños alertan de que esos proyectos pueden poner en riesgo la preservación del Amazonas, en un año de aumento del 29 por ciento de la deforestación en la mayor selva del planeta.

Varios estudios demuestran que la apertura de carreteras o el asfaltado de las ya existentes son una causa de deforestación en regiones con abundantes recursos naturales como la madera y los minerales.

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