Otro amanecer de fuego en Matamoros
Un helicóptero UH-60L Black Hawk de la Secretaría de Marina aterrizó este lunes en el Fraccionamiento Valle de los Reyes, en Matamoros, Tamaulipas.
En calles de la ciudad había ocurrido un enfrentamiento con hombres armados, que volvió a sumergir en la zozobra a los habitantes de esa ciudad fronteriza. El consulado de Estados Unidos alertó a sus empleados de que se había desatado una situación de riesgo:
“Los empleados del Consulado General de los Estados Unidos en Matamoros se encuentran actualmente bajo orden de refugio hasta la 1:30 pm debido a la violencia que ocurre en la ciudad”.
Imágenes que circularon más tarde mostraron los cuerpos, totalmente ensangrentados, de tres hombres abatidos en una camioneta. Uno de ellos quedó tendido al lado del vehículo. Llevaba un chaleco táctico con las siglas “Fuerzas Especiales del Jefe XIX Cártel del Golfo”.
19 es el nombre clave de José Alberto García Vilano, apodado “La Kena” o “Ciclón 19”: el jefe del llamado Grupo Escorpión y uno de los objetivos prioritarios del gobierno de Estados Unidos.
Un segundo enfrentamiento provocó la muerte de un cuarto hombre que se desplazaba en una camioneta de color blanco.
Fuentes de inteligencia indican que “La Kena” o altos jefes del Cártel Golfo fueron ubicados en el Fraccionamiento Valle de los Reyes, y que lo ocurrido el lunes en Matamoros fue en realidad un operativo de la Semar encaminado a su detención.
El Black Hawk sobrevoló a baja altura diversas zonas de la ciudad. De acuerdo con medios locales, sus tripulantes buscaban vehículos que habían logrado escapar del operativo.
En medio de un total hermetismo de la Marina, corrieron versiones de que cuatro sujetos habían sido aprehendidos. No se confirmó si entre estos se hallaba el que ha sumido en el terror a los habitantes de Matamoros: el que tiene bajo cobro de piso a la ciudad entera y cobra comisiones por todos los productos que ingresan al país a través de la aduana.
El mismo que controla el tráfico de migrantes, la entrada ilegal de gasolina, el tráfico de armas y de drogas.
José Alfredo García Vilano, “La Kena”.
“La Kena” está detrás del grupo que en marzo pasado secuestró a unas cuadras del palacio municipal de Matamoros a cuatro ciudadanos estadounidenses que acababan de cruzar la frontera para visitar una clínica. El control del Grupo Escorpión es tal que los recién llegados fueron detectados y seguidos en cosa de minutos.
Aunque el secuestro ocurrió a plena luz del día, y en una zona céntrica, no se presentó autoridad alguna. De hecho, los perpetradores del plagio contaron con la colaboración de empleados de Protección Civil que les brindaron ambulancias para trasladar a los estadounidenses que durante el “levantón” habían resultado heridos (dos de ellos murieron).
En meses pasados, las cámaras empresariales de Tamaulipas denunciaron que el crimen organizado sacaba una tajada de todas las actividades económicas: que el “cobro de piso” incluye tanto a los vendedores de flores como a los propietarios de hoteles, hospitales, empresas, bares, restaurantes.
En mayo pasado, los hombres de “La Kena” (“¡Aquí venimos, pura gente del jefe Scorpion 19!”) bloquearon durante varias horas 16 puntos de la ciudad. Caravanas armadas recorrieron las calles desde la madrugada. Bajo las llamas y el ruido de las balas, la gente corrió a refugiarse. El pavor se desató en la ciudad.
El secretario general de gobierno, Héctor Villegas González, declaró: “Es más el escándalo que se hace en las redes sociales que lo que verdaderamente sucede”.
Semanas más tarde, Villegas González fue interceptado en la carretera Reynosa-San Fernando. Los vehículos en que viajaban él y su escolta fueron atacados a tiros. El funcionario resultó ileso y no hubo detenidos. Pero en el Palacio de Gobierno entendieron el mensaje.
Más de 100 elementos de la Sedena fueron desplegados en los días posteriores en la zona de Reynosa, Nuevo Laredo y Matamoros.
El alcalde de esta última ciudad, Mario López Hernández, admitió que se estaba viviendo un periodo de crisis, pero lo atribuyó “a la cuestión de los procesos electorales” y advirtió que en los días que vienen podría haber “desaparecidos”, “riesgo de matanza de migrantes” y, desde luego, ataques constantes desde los medios de comunicación.
En todo caso, otro amanecer de fuego y balas para los habitantes de Tamaulipas.